Fabián San Martín D.

Los porteños Roberto González y María Luisa Donoso tienen 36 años y llevan 11 de matrimonio. El amor que se profesan entre sí y a su familia, se comparte con la ciudad que los vio nacer, Santiago Wanderers y su trabajo desde hace 15 años: la PDI.

Él, subcomisario de la Brigada de Homicidios, y ella de igual grado en la Brigada de Delitos Económicos. En su día libre se desplazaron junto a sus retoños de 9 y 5 años a la misa de domingo de Ramos. Iban en su vehículo por la avenida Argentina, cuando a la altura de Colón vieron alboroto en el bandejón central de la denominada "feria de las pulgas". Un hombre perseguía a otro y los detectives al requerir información a testigos, supieron que momentos antes el que escapaba sustrajo con violencia una cadena de oro a una mujer de 56 años, quien resultó lesionada en su cuello. Aunque estaban con sus hijos, los detectives no lo dudaron y en su camioneta salieron detrás del sospechoso, que a esa altura se creía a salvo en el sector de Santa Elena, a metros del seminario San Rafael. El matrimonio descendió y se identificaron como PDI. El antisocial se había descargado de la evidencia, y luchó tenazmente para no ser arrestado. Los tres cayeron y el antisocial quiso arrebatarle el arma de servicio al subcomisario, pero no lo consiguió. Finalmente, con la colaboración de un transeúnte, fue reducido. El malandra, identificado como el coquimbano M.I.D.S., de 21 años, portaba papelillos de pasta base y al parecer estaba drogado. Tuvo la desfachatez de hacer llorar a los hijos del matrimonio, cuando los amenazó que los conocía a todos y les haría daño en el futuro. Pero las amenazas son pan de cada día para estos jóvenes policías, que atraparon al ladrón y recuperaron la especie. "Nuestra misión como policías son las 24 horas y los 365 días del año. Por eso adoptamos el procedimiento policial", comenta María Luisa. El delincuente, con antecedentes penales y que tenía un arraigo, fue formalizado por robo con violencia e infracción a la ley de drogas. El tribunal otorgó la libertad con firma mensual en Fiscalía por los 60 días de la investigación.

Policontuso resultó un miembro de las Fuerzas Armadas que fue víctima de un cobarde asalto en el Barrio Puerto.

El hecho se produjo pasadas las 02.30 horas de la madrugada, cuando el joven C.D.M.P., cabo 1° de dotación de la Dirección de Inteligencia de la Armada, salió desde una discotheque ubicada en calle Blanco.

Caminó por la arteria hasta la intersección de Almirante Goñi con calle Cochrane, donde aparecieron siete desconocidos, los que sin mediar provocación de inmediato comenzaron a atacarlo con golpes de pies y puños en distintas partes del cuerpo. Una vez que lo tenían reducido en el suelo los antisociales le robaron su billetera, en la que tenía su Tarjeta de Identificación Militar (TIM), 50 mil pesos en dinero efectivo, tarjetas bancarias y un teléfono Iphone 6.

Los antisociales escaparon en distintas direcciones, y el uniformado solicitó ayuda a transeúntes que llamaron a Carabineros.

Fue auxiliado por efectivos de la Segunda Comisaría Central, que lo llevaron al Servicio de Atención Primaria de Urgencia (SAPU) Quebrada Verde a la constatación de lesiones. Allí se verificó que afortunadamente estaba policontuso leve.

Pese a los patrullajes por el sector no fue posible ubicar a los delincuentes que se mantienen prófugos.

Se acogió una denuncia por robo con violencia, la que fue derivada al Ministerio Público.