Ataques de perros: el drama que parece nunca terminar
Según cifras del ministerio de Salud, 6.694 personas fueron mordidas en la Región de Valparaíso el 2015, pero se presume que la cifra es mayor, ya que no es obligación notificar. En la ciudad hay un can por cada tres habitantes.
Montserrat tiene 7 años y hace varios meses sufre de pesadillas. Despierta llorando, muy asustada. En el día, siempre que le preguntan, dice que está bien, pero en la noche todo cambia. Vuelve a su mente aquella tarde de diciembre cuando iba caminando junto a su madre y un perro se abalanzó sobre ella y le mordió salvajemente la cara. Fue tan grave el ataque que debió ser operada de urgencia. Hoy luce una gran cicatriz en la mejilla derecha, está en tratamiento kinesiológico (para evitar que la herida reviente) y también sicológico.
Su padre, Sandro Aranda, cuenta que la pequeña tirita cuando ve al perro, que para su gran pesar, sigue viviendo al lado de su casa, en Placilla Oriente. "Sabemos que eso le traerá consecuencias a futuro, siempre se va a recordar de lo que pasó", asegura.
Casos como el de Montserrat ya no son extraños en nuestro país, menos en una ciudad como Valparaíso, donde el universo perruno es grande y donde son muchos los animales que vagan libres por la calle, sin que sus dueños se hagan cargo.
De acuerdo a cifras del ministerio de Salud, el año 2015, 6.994 personas personas fueron mordidas por perros en la Región de Valparaíso. Sin embargo, quienes trabajan en el sector salud y medioambiental, reconocen que esa cifra puede ser mayor, ya que no existe obligación de notificar estos ataques, lo que sí sucede con enfermedades como la meningitis o el sarampión.
"Esa cifra debe estar bastante subestimada porque efectivamente las personas que resultan mordidas por perros, la gran mayoría me atrevería a decir, no consultan ni denuncian. Eso ocurre por dos razones: porque gran parte de esas mordidas son producidas por perros conocidos, y porque muchas de las mordidas no necesariamente tienen una lesión que sea lo suficientemente grave para que la persona recurra a un centro asistencial", destaca Gonzalo Chávez, jefe de la carrera de medicina veterinaria de la Universidad Santo Tomás.
Según el director del departamento de Medio Ambiente de la municipalidad de Valparaíso, Mauricio González, en la comuna hay 112 mil perros (en relación a 300 mil habitantes humanos) de los cuales 11 mil acceden a la calle. Mientras que el número de mordeduras podría llegar a 6 mil al año. "No es obligación del Servicio de Salud mandar la estadística de mordeduras al municipio, pero yo la he pedido hace tres años. La necesitamos para dar seguimiento a cada uno de los casos y multar a los dueños de la mascota que sale a la calle y ataca a una persona. Y por otro lado si se trata de un perro callejero, tenemos que estudiarlo y retirarlo".
González además advierte que tampoco se entrega un registro de este tipo de hechos a Carabineros, para que así la policía pueda fiscalizar la ordenanza canina vigente. "Quien tiene un perro en la vía pública debe ser multado. Creo que hay que innovar significativamente en este tema para poder avanzar. Y necesitamos que avancen otras instituciones en la gestión de la información".
Actualmente en el departamento de Medio Ambiente de la municipalidad porteña trabajan diez personas. Se trata de un equipo que se ha ido especializando desde el 2009, año en que se inició un fuerte trabajo en el área gracias a los aportes del BID.
Los funcionarios sacan de las calles a las perras que andan en celo, cursan multas a los dueños de perros "problemáticos" -según denuncias que llegan de la comunidad- y retiran a los canes violentos o mordedores. Estos últimos son llevados al canil de Laguna Verde que es administrado por la protectora de animales Carlos Puelma Besa. También se ocupan de los perros enfermos y agredidos que están en la vía pública.
A dichas labores se suman la educación de los porteños en la tenencia responsable de mascotas y el programa de esterilización de hembras lo que ha permitido bajar el número de canes en Valparaíso. El partamento solicita diez mil operaciones al Gobierno central al año. "Eso ha permitido revertir la curva, la cantidad de perros ha ido decreciendo en la comuna, aún cuando seguimos viendo perros en la calle", advierte González.
Cómo prevenir
Pero en el caso de la comuna de Valparaíso, al menos, los esfuerzos no rinden todos los frutos esperados. Sandro Aranda, con mucha frustración, cuenta que el perro que atacó a su hija Montserrat sigue viviendo en la casa vecina. Es más, tres meses después de aquel traumático ataque, mordió en una mano a su mujer, luego de saltar la pandereta que separa los patios de ambas casas. "Hicimos la denuncia, pero el juzgado de Policía Local se declaró incompetente", manifestó.
Este vecino de Placilla decidió entonces entablar una querella criminal y una demanda civil en contra de los dueños del violento perro, pero el proceso ha sido lento y además caro.
Mientras, el animal que atacó a Montserrat sigue en un ambiente hostil que no ayuda en nada en su sociabilización. "Yo he visto que lo apalean, lo amarran. Y ahí mismo faenan caballos y le tiran hasta cabezas".
Al respecto, el veterinario Gonzalo Chávez afirma que lo más importante para que un perro no se convierta en un animal violento o problemático es que el dueño tome conciencia de la responsabilidad que conlleva tener una mascota en casa. "Los perros tienen necesidades que deben ser satisfechas y si eso se hace de manera correcta es menos probable que ocurran accidentes como el que afectó a esta niña (Montserrat)".
Este especialista advierte que un perro que muerde es porque está mal socializado: "Pasa la mayor parte del tiempo encerrado en el patio, no tiene ninguna posibilidad de satisfacer sus necesidades de exploración y de juego. Son animales sumanente estresados y cuando se enfrentan a estos estímulos, que puede ser un niño, un perro o un auto, responden de manera agresiva y no lo pueden controlar".
Más sanciones
Según Gonzalo Chávez, ha quedado en evidencia que pese a todos los esfuerzos gubernamentales y municipales siguen ocurriendo graves ataques de perros. Ante eso, lo único que queda, es aumentar las sanciones. "Parece que la sanción es la última carta que queda para que la gente tome conciencia de que los perros que se encuentran sin supervisión permanente revierten un riesgo, no sólo para la población humana, sino que para los mismos perros. Los que están en la vía pública corren el riesgo de ser atropellados o maltratados por las mismas personas.
Estas sanciones debieran provenir de una ley que rija en todo el territorio nacional y que sobre todo, sea posible fiscalizar su ejecución, lo que hoy en día se hace casi imposible a pesar de todas las ordenanzas vigentes.
Otra solución, para el director del departamento de Medio Ambiente de la municipalidad porteña, es asociarse con otras instituciones. "En el trabajo de perros problemáticos necesitamos generar alianzas con Carabineros y también con la Policía de Investigaciones porque hay casos más intrincados que tenemos que estudiar en conjunto. También hemos recibido colaboración del Servicio y la Seremi de Salud, pero creo tenemos que afiatarnos mucho más para realizar un trabajo más alineado".
Hace más de diez años que se tramita en el Congreso la ley de tenencia resposable de animales y hasta ahora no ha tenido avances. Y hace pocas semanas el senador Francisco Chahuán hizo un llamado al presidente de la Comisión Mixta de Salud, Guido Girardi, a convocar a dicha instancia para reanudar la discusión que busca zanjar las diferencias surgidas entre las dos Cámaras, de manera de despachar la normativa.
Si bien el Ejecutivo dio urgencia simple a la iniciativa, "eso no significará nada si el presidente de la Comisión no ordena que se constituya para de una buena vez abordar la ley que regula la tenencia responsable de animales, cuyos primeros proyectos fueron presentados hace más de 10 años".