Con Requiem de Mozart USM inaugura temporada
La Orquesta Sinfónica de Chile y el Coro Sinfónico U. de Chile, junto a solistas vocales, estarán bajo la dirección de Martin Sieghart.
El Requiem en re menor, K 626, de Wolfgang Amadeus Mozart y la Sinfonía nº8, Inconclusa, de Franz Schubert, son las obras que interpretará la Orquesta Sinfónica de Chile, junto al Coro Sinfónico de la Universidad de Chile, en la inauguración de la 75 Temporada Artística de la Universidad Santa María, el sábado 19 de marzo, a las 19:30 horas, en el Teatro Aula Magna.
En la oportunidad participarán como solistas vocales la soprano Carolina García-Valentín; la contralto Marisol Hernández; el tenor Leonardo Polh y el barítono David Gómez. El concierto será conducido por el director austriaco Martin Sieghart, quien trabaja con numerosas orquestas de distintos rincones del mundo, entre las que se cuentan la Filarmónica de Londres; la Sinfónica de Viena y la Filarmónica de Japón, entre otras.
Director
Martín Sieghart, director austriaco. Nació en Viena, donde estudió piano, violoncello y dirección. En 1990 fue nombrado Director de la Orquesta de Cámara de Stuttgart y fue el encargado de devolverle al conjunto su reputación internacional. A partir de 1992 estuvo a cargo de la Orquesta Bruckner de Linz y de la ópera de Linz como su director titular durante los siguientes ocho años, realizando diversas numerosas grabaciones.
Entre 2002 y 2006 fue jefe creativo del festival de ópera Mozart en Reinsberg y desde 2003 director titular de la Filarmónica de Arnhem. En 2005 aceptó el cargo como jefe creativo de la orquesta El espíritu de Europa Camber y supervisó la orquesta hasta 2008.
Ha trabajado con la Orquesta Philharmonia de Londres, Sinfónica de Viena, la RAI de Roma, Japón Philharmonic Orchestra, Orquesta Mozarteum de Salzburgo, Orquesta Sinfónica Tchaikovsky, Deutsches Symphonie- Orchester de Berlín y Sinfónica de Tokio.
Requiem de mozart
En 1791, pocos meses antes de morir, Mozart recibió el encargo de componer una misa de muertos. Mucho se ha escrito con respecto a la obra, incluso se llega a pensar que su creación obedece a un plan del compositor Antonio Salieri por envidia.
Sin embargo, las últimas investigaciones apuntan a que Mozart recibió de manos de Anton Leitgeb (1744-1812), el encargo anónimo de componer una misa de réquiem. El anónimo solicitante de la obra era el conde Franz von Walsegg-Stupach - del cual Leitbeg era el confidente y asesor legal-, quien necesitaba encargar una composición musical para honrar a su recién difunta esposa atribuyéndose además la autoría de la obra, costumbre clásica de los melómanos poderosos de la época.
Schubert
La Sinfonía Inconclusa, su nombre se debe a que solo consta de dos movimientos, aunque nada demuestra que Schubert pensara hacer el resto, con lo que la obra estaría completa. Algunos musicólogos opinan que esta sinfonía anticipa la música de Anton Bruckner.
Se han desarrollado diversas teorías acerca de por qué la sinfonía está incompleta, de por qué Schubert no llegó a finalizar su trabajo. Muchos consideran que, al enterarse tan solo un mes después de comenzar a escribir la sinfonía de que padecía sífilis abandonó la obra y se la dio a su amigo Josef Hüttenbrenner. Este se la regaló a su hermano Anselm, quien finalmente se la entregó a Johann Herbeck, el director que la interpretaría en Viena por primera vez.