Mirian Mondaca Herrera. - La Estrella de Valparaíso.
Más de una veintena de personas tenían sus ojos pegados en el cielo porteño la tarde del sábado, en calle Colón, a un costado del hospital Carlos Van Buren. Lo que miraban no era un pájaro, tampoco un avión; se trataba de Nicolás Aimone, el slacker que una vez más se atrevió a retar las alturas. Por primera vez, Valparaíso era testigo de una de sus proezas en un Urban Highline.
La expectación entre los seguidores del slackline y la improvisada barra formada por el público que se concentró en el lugar era máxima, y el Nico, como es conocido en el círculo de los deportes extremos, no defraudó. El ruido de la ciudad fue un testigo más de su osadía.
Tras cerca de un minuto y medio sobre la cuerda en su primer paso y siete cruces sobre los 65 metros (está a la espera de que el municipio entregue la altura oficial), el deportista santiaguino descendió fascinado por haber conseguido el récord nacional de Highline en el Puerto.
Sólo necesitaba un par de cruces para establecer la marca, pero se quedó más de cuatro horas en el edificio, aprovechando la ocasión por "el amor al deporte", comenta. Hacer por primera vez Higline en la ciudad y - más aún- en Valparaíso, fue "un sueño cumplido y un desafío a la mente. Lo interesante de este deporte es que ningún Highline se parece a otro, y acá, tener por un lado las casas en los cerros y por el otro el puerto, generaba una exposición muy entretenida".
Quiere regresar
Luego de conseguir este récord, que lo ubica como el exponente más destacado del Highline nacional y que califica como "impagable y maravilloso", a Nicolás se le abrió el apetito y ya piensa en volver a la Quinta Región para alcanzar una nueva marca el próximo verano. "Podríamos ver si podemos hacerlo más largo y romper el récord de distancia también, que sería bueno".
Además de Valparaíso,el Arrayán , Rancagua y la Roca Oceánica de Viña del Mar son algunos de los lugares en que el slacker mostró su destreza en las alturas. Pero, para este 2016, los ojos del deportista extremo están puestos fuera de nuestras fronteras.
A partir de marzo, los esfuerzos del deportista santiaguino se concentrarán en coseguir auspiciadores para viajar a Europa y codearse con los exponentes mundiales del slackline. En Polonia existe el Urban Highline Festival, que este año tendrá su octava versión y donde Nico espera ganar experiencia y luchar por un lugar destacado. En la competencia, que se realiza en julio, será "estarán los mejores highliders, por eso, estoy buscando ayuda para ir a eventos como ése. Así, puedo mejorar el nivel, compartir la disciplina con deportistas de todo el mundo y demostrar que en Chile hay buenos highliders", comenta.