De 6 disparos un joven apareció asesinado en el cerro San Roque
Lo que se pensó en principio era un muerto por atropello, derivó en un sanguinario crimen en el Camino Viejo a Santiago. Todo apunta a una venganza o ajuste de cuentas, caso que es investigado por la Brigada de Homicidios.
Con alevosía y ensañamiento un hombre fue literalmente ejecutado ayer de múltiples disparos en la parte alta de Valparaíso.
Amanecía en el sector superior de cerro San Roque, cuando transeúntes que se desplazaban frente al kilómetro 9 del Camino Viejo a Santiago, en las cercanías de la población La Isla, divisaron a un costado del camino un bulto ensangrentado. Al acercarse constataron que se trataba de un hombre fallecido.
De inmediato alertaron del hecho al 133 de Carabineros, y acudieron efectivos de la tenencia O'Higgins. Considerando las circunstancias en que se encontraba el cadáver, a un costado del estrecho camino en que transitan numerosos vehículos entre el plan y La Pólvora y Ruta 68, en primera instancia se solicitó la concurrencia de peritos de Carabineros de la Sección Investigadora de Accidentes del Tránsito (SIAT). Al momento de revisar el cuerpo, los uniformados notaron que éste presentaba indicios de intervención de terceros, pero no con un vehículo, sino que por múltiples impactos de bala. Se habló en primera instancia de ocho heridas. Raudamente los peritos uniformados abandonaron la escena, y cerca de las 11.30 horas se apersonó en el sitio del suceso el Laboratorio de Criminalística (Lacrim) y la Brigada de Homicidios de la PDI. También lo hizo la fiscal de turno, María Loretto Herrmann. "La Brigada de Homicidios está trabajando para determinar que fue lo que ocurrió. El cuerpo presenta impactos de bala y con huellas se está tratando de determinar la identidad. Por ahora no tenemos una línea investigativa", señaló la abogada.
Respecto de si el crimen ocurrió en el mismo sector o si el cuerpo fue abandonado por él o los asesinos, la fiscal manifestó que vecinos del lugar escucharon disparos alrededor de la 01.00 de la madrugada, pero aún no está claro si el deceso fue en el sitio del hallazgo.
Joven
El occiso, de entre 25 y 30 años, era de contextura delgada, 1.70 aproximado, tez morena y vestía polerón gris, pantalón y zapatillas de color azul. No portaba billetera con documento, sí su teléfono celular. Detectives empadronaron eventuales testigos en las casas cercanas, y revisaron el área en búsqueda de evidencia balística o de otro tipo que fuera valiosa para la investigación.
El subprefecto José Araneda, jefe de la BH porteña, indicó que una vez comunicados del hecho, comenzaron las indagaciones en el sitio del suceso. Señaló que en la revisión preliminar al occiso, se verificó que éste presentaba seis impactos balísticos, principalmente en las zonas del pecho y la espalda. Algunas de las lesiones tenían salida de proyectil y otras quedaron alojadas en el cuerpo. Se baraja la tesis que el arma usada sería de un calibre 32 ó 38, la que no fue ubicada por los detectives en la escena. "El empadronamiento preliminar arroja que el crimen ocurrió en horas de la madrugada. Todavía no tenemos un móvil del ilícito, al no tener la individualización completa de la persona", dijo el subprefecto en el lugar de los hechos, sin querer pronunciarse respecto de si se trató de una venganza o ajuste de cuentas. La BH estableció una data aproximada de muerte de 10 horas, que coincide con el horario en que los vecinos escucharon los disparos.
Al cierre de esta edición el fallecido fue identificado por la policía como Marcelo Chávez Ovalle, de 22 años, domiciliado en el cerro Arrayán. Su identificación permitirá establecer una línea investigativa y continuar las pesquisas tendientes a ubicar al o los involucrados en el crimen.