Sebastián Paredes C.

Son cerca de las 17.00 horas y el fuerte viento playanchino esparce un desagradable olor en las inmediaciones de la calle Cementerio.

Sandra Sánchez, quien vive en el sector hace 25 años, trata de explicar la poco olorosa situación.

"Hace tres días que la gente del Cementerio 3 de Playa Ancha están botando su basura a pocos metros de nuestras casas. Sólo nos separa un muro de las asquerosidades que allí botan", señaló Sandra, quien además agregó que "hemos podido ver restos de ataúdes, bolsas con sangre y otros restos que son realmente asquerosos".

A los vecinos de la calle Cementerio, justo atrás del camposanto porteño, no sólo les preocupa el fuerte hedor que se puede sentir durante todo el día, sino que también las posibles consecuencias sanitarias que esta situación pueda conllevar.

"Ya hemos tenido a varios niños del sector con extrañas alergias y tememos que puedan haber otro tipo de consecuencias como por ejemplo estomacales", agregó Sandra Sánchez, quien es la representante de los vecinos del sector.

Pero por si fuera poco a las espontáneas alergias y a los malos olores, se les suma otro ingrediente: los ratones.

"Son gigantes y por las noches salen de detrás del muro que nos separa y se pasean por la calle. También hay muchas moscas y zancudos desde que comenzaron a botar sus desechos a pocos metros de nuestras viviendas. Que seamos pobres no significa que puedan hacer lo que quieran con nosotros", finalizó la representante de los vecinos.