Lily y Kouta: los papás del bebé panda del zoológico
La pareja japonesa de pandas rojos, quienes habitan en Santiago desde fines de 2014, fue traída a Chile para reproducir a esta especie cuyo hábitat natural está amenazado en China por la depredación de su entorno y por la caza ilegal.
Karina Puvogel Rojas
El bebé panda que vino al mundo en el Zoológico del Parque Metropolitano todavía no tiene nombre. Nació el 25 de diciembre del año pasado y el que sus padres lo hayan concebido no fue casual. Hace más de un año, en diciembre de 2014, el Zoológico del Parque Metropolitano, en conjunto con un programa internacional chino de conservación y de reproducción de esta especie en zoológicos del mundo, planeó la reproducción de esta especie en cautiverio. Este tipo de mamíferos se encuentran en estado vulnerable, ya que su población en estado silvestre bordea los 2.500 ejemplares.
Lily y Kouta -hembra y macho, respectivamente- tienen ambos cerca de seis años. Por su aspecto, parecen mapaches y son llamados "pandas" porque comen bambú. Ambos nacieron en zoológicos japoneses. Kouta en el Shiva, un recinto nipón en el que creció y se encariño con su cuidador Masahira Hamada, quien lo alimentó y cuidó en sus primeros días, hasta que fue trasladado hasta el zoológico de Saitama, desde donde fue traído a Chile junto a Lily.
Cuando los pandas rojos viajaron al país, soportaron 20 horas de vuelo con escala en Canadá. Llegaron a la zona de carga del aeropuerto de Santiago en un día en que había una sensación térmica de 30°C a la sombra, y ellos se ven afectados sobre los 25°C. Es por eso que desde el aeropuerto se los llevó rápidamente en un auto con aire acondicionado al zoológico nacional. Cuando la pareja arribó al país, Masahira Harada viajó también hasta Chile para supervisar el lugar donde vive la pareja de pandas y para enseñarle a los cuidadores chilenos el manejo de esta especie.
"Lily y Kouta se llevan muy bien y esto es así porque se pensó en que fuesen individuos compatibles", explica Mauricio Fabry, director del Parque Metropolitano.
Y agregó: "Para poder reproducirlos y así aportar eventualmente con individuos panda a la vida silvestre". Sin embargo, dijo: "No tendría mucho sentido actualmente esto, ya que los bosques de bambú en China están muy amenazados por su tala y a los animales se los caza ilegalmente para ocuparlos como medicina".
En primavera la pareja pasa más tiempo junta, sin embargo sus personalidades son muy distinas. "A Kouta le encanta que le saquen fotos y se pone al frente de la gente a comer", dice Fabry. El macho es muy activo, extrovertido y tiene mucho más apetito que Lily, quien es más recatada y explora menos. Lily es una excelente madre. Pasa casi todo el día con su cría: lo amamanta, lo limpia. Deja al bebé sólo cuando come, orina y defeca. Le fabricó un nido con vegetales, hojas, ramas, lo que es inusual es un mamífero pues éstos no hacen nidos, sino que se guarecen en sitios como cuevas o madrigueras. El que Lily sea una madre presente eleva las posibilidades de sobrevivencia de la cría.
Los pandas rojos son seres muy vulnerables, muy sensibles. Son criados por sus madres en forma extensa -Kouta no participa en la crianza en absoluto- por tres meses, por lo que Lily estará junto a su bebé por lo menos hasta fines de marzo.