Juan Riquelme D.
E l sol pega con fuerza en la ciudad de Olmué. Son las 4 de la tarde y cientos de perros Galgos conviven en la Villa Olímpica, a pocos metros de donde la alcaldesa de Olmué quiere instalar un nuevo Patagual para 15 mil personas. Casi no hay ladridos y la tensión está puesta en el Canódromo Aliro Gaete de 250 metros, y donde los canes ponen a prueba su velocidad sobre arena traída desde las dunas de Concón y Reñaca.
Tres voces anuncian el desarrollo de las carreras por los parlantes y los dueños se acercan con sus perros para inscribirlos. Como si fuera la hípica toman número, inscriben y uno que otro realiza sus apuestas.
Los dueños van confiados pues, por lo bajo, cada uno ha invertido unos $300 mil de forma mensual en alimentar a sus Galgos. Hay chilenos por montón y uno que otro argentino, partiendo por el hombre encargado de promocionar la carrera.
Los perros se alejan rumbo al punto de inicio de la carrera de 200 metros y una persona prepara la bicicleta fija con la que acerca hacia él un señuelo que es perseguido por los perros hasta llegar a la meta. Víctor Noguera, del Club de Deportes Tradicionales de Olmué, cuenta que en promedio en 200 metros los perros registran 11 segundos. "Acá vienen representantes de varios puntos de la región y hay competencia dependiendo del sol. Si hace mucha calor, no se corre, en invierno se realiza durante más tiempo", cuenta el hombre, quien agrega que en el lugar también se hace carreras de caballos.
La competencia se repite en Santiago y otros puntos del país y cada jornada se registran 40 carreras en promedio.
Luis Hernández es de La Ligua y su cachorra de nombre Zallén ganó una de las competencias. "Tiene 11 meses y debo salir a entrenarla todos los días, como un deportista", dijo.