Nada está escrito sobre piedra (¿o sí?). La apuesta tiene nombre y apellido: Mirador Placeres.
Y es que algunas edificaciones comienzan a generar anticuerpos e incertidumbres en ciertos vecinos de una tranquila zona residencial enclavada cerro arriba, en Los Placeres.
Hablamos de Villa Berlín, entorno donde aún se aprecia, a lo lejos, el horizonte del Pacífico y naturaleza que conserva algunas aves y mariposas. Pero, una buena parte de esos vecinos, muchos de ellos con casi medio siglo y generaciones de vivir allí con títulos de propiedad en mano -son pocos los que arriendan-, ahora están en pie de guerra.
El punto de discordia: el monolito conocido como "la pluma" (una quilla de un buque de la II Guerra Mundial), donado hace décadas por la comunidad alemana residente. Allí, en la pequeña plazoleta, dos hoyos de medio metro, cada uno ubicado en el centro de la rotonda (con letreros de peligro), llaman la atención en plena subida Matta.
Aurelio González, jubilado, vive al frente, en calle Solingen. "Los vi. Eran gente de la constructora. De hecho, midieron desde mi reja hasta la plaza. Uno se preocupa. Me tienen choreado". Ante la consulta, González corrobora: "Vino Carabineros y el dueño de la inmobiliaria. Al final se fueron los de la contru, pero dejaron las cintas de peligro y los agujeros".
No es todo. Al adentrarse por esa misma arteria que intercepta con Bremen, emerge un enorme forado que abarca cuadras. El socavón se come una quebrada. Las maquinarias están, y los trabajadores ídem. Allí se emplazará el edificio, de 25 pisos y desde las 900 hasta las 3000 UF. También su sala de ventas.
Cristián Meyer es el gerente de ventas del proyecto. Consultado (está en Santiago), responde que solo tienen contemplado éste para la Región. La empresa que lo vende es Tecnia, la que construye Andesmar, y la inmobiliaria, Solingen (Molinari Arquitectos Asociados). "En total, serán tres torres allí". "Todo está bien regulado".
¿Y la plaza (pluma)? De acuerdo a Meyer, querían arreglarla. "Llevaría un tótem a cambio de hermosearla. Nuestra intención no es ocasionar daños".
Algunos residentes no piensan igual. Angélica Astorga comenta que hace dos años hubo presiones de todo tipo por parte de la inmobiliaria para que los vecinos vendieran. "Nos reunimos con abogados y la Dirección de obras. Pedimos los permisos. De la inmobiliaria dijeron que lo tenían en su estudio arquitectónico, en la capital".
Cristián Meyer aclara: "Que se queden tranquilos los vecinos, tenemos todo al día. Nuestra intención no es ocasionar daños, solo generar plazas laborales y progreso".
En la Junta de vecinos N° 92 de Villa Berlín, la opinión es dividida. Gladys Ahumada, presidenta, asegura que la constructora tiene los permisos. "Preocupan las calles, pero se comprometieron a dejarlas bien". Berta Vera, secretaria, varía: "Hay cosas que no... Veremos ". J