El Pole Dance: más que un baile, un deporte
Algunos lo llaman "El baile del caño" y lo toman como un baile erótico relacionado con la bohemia de los night club y la noche masculina, pero en realidad se trata de una disciplina de gran complejidad que practican muchos hombres y mujeres. Son verdaderos atletas. Se trata del Pole Dance, que se está haciendo un lugar en la región con diversas academias especializadas que preparan a sus alumnas para "volar" alrededor del tubo metálico.
El Pole Dance, también llamado "Baile en Barra", es una disciplina artístico-deportiva en la que un bailarín o bailarina realiza piruetas y contorsiones alrededor de un tubo metálico, que está fijo en sentido vertical. Los pole dancers trepan y giran sosteniéndose con sus brazos o piernas desde el tubo con gran destreza y habilidad, por lo tanto la práctica de este baile requiere de una gran capacidad física y técnica.
Se dice que el origen histórico del Pole Dance se remite a la India, y desde ahí se esparció a Europa, donde con el tiempo se le fueron agregando elementos de la danza y el erotismo, lo que significó que la disciplina derivara en el striptease, el que fue obteniendo más renombre y popularidad en el mundo, dejando relegada la parte deportiva del Pole Dance.
En los últimos diez años, la disciplina deportiva resurgió de su olvido y a nivel mundial fueron surgiendo diversas academias y exponentes que se dedicaban a profesionalizar sus rutinas y aprender nuevos pasos alrededor del poste. El concepto del Pole Sport se instala como la nueva disciplina deportiva y empieza a sumar fanáticos. Se desarrollaron competencias mundiales en las que participan los mejores exponentes de cada país.
Chile se hace un lugar en el Pole Sport con el triunfo de Felipe Mendoza, quien el año 2014 ganó el mundial de la disciplina, el World Pole Sport, donde obtuvo el primer lugar, en la versión del año 2015 se repitió el plato.
EN LA REGIÓN
En el último tiempo, el Pole Dance se ha masificado en el país y en la Quinta Región han surgido varios estudios de baile que ofrecen clases a quienes quieran aprender. En un principio, se trataba de contados centros que se dedicaban a enseñar esta disciplina, puesto que no era muy conocida y aún existían resquemores de algunos grupos que consideraban que era un baile relacionado con la bohemia, el erotismo y la noche.
Así lo recuerda Patricia Verdugo, la dueña de la academia Pole Dance Viña del Mar, que prepara bailarines desde hace cuatro años. La viñamarina recuerda que antes de instalar su academia se encontraba en un proceso de búsqueda de una actividad física que la ayudara a mantenerse en forma y al mismo tiempo la mantuviera entretenida, ya que estaba aburrida de asistir semanalmente al gimnasio a realizar los mismos ejercicios de siempre. Mientras buscaba algún deporte o actividad física que realizar, Patricia se enteró del Pole Dance, que estaba recién haciéndose conocido en el país.
Patricia ya había escogido el deporte que quería practicar, pero no no sabía dónde . Luego de buscar, no encontró ningún lugar donde se enseñaran. "Busqué en varias partes acá en Viña, pero no habían academias en ese tiempo así que forme la mía no más", recuerda Patricia y agrega que en un primer momento, la academia partió de manera muy sencilla en un departamento con algunas alumnas, pero luego de un tiempo la iniciativa fue sumando interesadas y fue tomando vuelo hasta llegar al punto de hoy, en que cerca de 50 alumnos asisten a la academia.
La Pole Dancer cuenta que en un principio, la gente solía espantarse cuando ella contaba lo que hacía, porque se tenía la percepción equivocada de que era una actividad relacionada con los bailes de night club. "Al comienzo, había personas que se escandalizaban y creían que por bailar Pole Dance nos íbamos a sacar la ropa", recuerda entre risas y advierte que esto ha cambiado, pero aún hay grupos que piensan eso.
Desde que Patricia comenzó con su emprendimiento, el rubro ha crecido bastante y hay mucha más gente interesada en practicar esta danza, lo que ha conllevado a que se abran nuevas academias. Una de estas es Felinos Pole Dance Estudios, que fue inaugurada en marzo de este año, en Viña del Mar.
Claudio Ávila junto a su esposa Julia Snopova, que es de nacionalidad rusa y una destacada bailarina de Pole Dance, son los propietarios del estudio viñamarino y cuentan que pese a que al Pole Dance le falta mucho por crecer en Chile, es innegable que se ha desarrollado bastante en el país.
alto rendimiento
Al consultarles cómo definen al Pole Dance, ambos instructores dan definiciones claras de lo que representa para ellos.
Patricia afirma que es "un deporte intenso y apasionante", mientras que Claudio lo define como "un deporte artístico". Ambos bailarines coinciden en que la disciplina del Pole Dance es mucho más que un baile aeróbico y se asemeja más a un deporte de alto rendimiento, ya que se requieren muchas cualidades físicas para poder lograr las acrobacias y posiciones, por lo tanto el entrenamiento y el proceso de aprendizaje es duro ya que, como cualquier deporte, se requiere de mucho esfuerzo y dedicación para alcanzar un nivel aceptable.
Los instructores advierten eso sí, que dentro de las academias hay espacio para todo tipo de alumnos: los que quieren dedicarse al Pole Dance como deportistas y quienes buscan una actividad física recreativa para mantenerse en forma. Patricia explica que el programa que se les aplicará dependerá de la intención que tengan los alumnos, ya que hay personas que prefieren practicar el Pole Dance por diversión y para explotar su sensualidad, mientras que hay otras bailarinas que busca profesionalizarse en la disciplina.
En Felinos Pole Dance Estudios, tienen tres tipos de clases; la Pole Sport está orientada en quienes quieran lograr acrobacias más extremas y tengan mayor manejo del tubo; el Pole Art es la variedad clásica del Pole Dance y se asemeja a los números que se ven en las competencias; y el Pole Exótico incorpora más elementos del baile, la sensualidad y el erotismo.
DEPORTE PARA EL ALMA
Tanto Patricia como Claudio, aseguran que practicar el Pole Dance conlleva varios beneficios para la salud, pues el arduo entrenamiento y los ejercicios ayudan a tonificar todo el cuerpo, ya que se usan los brazos, las piernas, el abdomen y las espalda en las acrobacias y contorsiones, por lo tanto alguien que practique regularmente mostrará a los pocos meses una mejora en su condición física. Además de estos beneficios, los instructores afirman que los beneficios emocionales son muy importantes, pues quienes aprenden a bailar alrededor del tubo mejoran su autoestima y se sienten mejor. "Ha pasado que llegan mujeres que han tenido hijos, y llegan a hacer ejercicio para retomar su figura y terminan sintiéndose muy felices cuando bailan en el tubo", indica Patricia. J