Famosa perfumería porteña cierra por culpa de marchas
Ala entrada de la perfumería "Eliana", en plena avenida Pedro Montt, había un túmulto de gente confundida que preguntaba que había pasado con el local. Las vitrinas estaban vacías y una de las trabajadoras guardaba en una caja las pocas botellas que quedaban. En el mostrador había una "carta abierta" para los clientes donde comunicaban que la tienda se iba a cerrar por los daños provocados durante las protestas.
Moisés Gutiérrez, es el propietario de la perfumería "Eliana", la que inauguró hace 16 años, tiempo después fundó una segunda tienda en la calle Pedro Montt. El porteño se mantuvo varios años trabajando en sus dos locales, pero desde el año 2011 comenzaron a hacerse más comunes las marchas de estudiantes y trabajadores, que circulaban al frente de su negocio, lo que provocaba serios daños y les impedía trabajar de manera normal. Moisés explica que los días que había marcha, llegaba personal de Carabineros a partir de las 11.00 horas, para instarlo a que cerraran su local y no podía abrirlo hasta que terminara la amrcha, cerca de las 15.00 horas siempre y cuando no hubiera enfrentamientos de encapuchados, entonces perdía el día; además los días posteriores en el aire se sigue respirando las partículas de gas lacrimógeno, por lo tanto la gente no se acercaba a comprar y los trabajadores se veían afectados.
El comerciante porteño, explica que esta situación le genera serias complicaciones financieras, pues hay días en que sus ventas disminuyen sustancialmente. Según explica, al año pueden haber entre 40 y 50 marchas de estudiantes, trabajadores o funcionarios públicos, que le hacen perder casí dos meses de trabajo. "Yo pierdo muchos días de ventas, porque en el año se hacen muchas marchas, sobre todo cuando había gobierno de derecha. Ahí marchaban por todo y me veía obligado a cerrar, pero yo igual tengo que pagar arriendo y mis cuentas", explica.
la paciencia se agotó
Moisés recuerda que hubo un hecho particular que colmó su paciencia y fue "la gota que rebasó el vaso". A mediados de este año, luego de una marcha estudiantil, hubo un grupo de encapuchados que intentó entrar a los locales de la avenida Pedo Montt y trataron de quemar uno de ellos. Moisés recibió un llamado de un amigo que le decía que su negocio se estaba incenciando. Naturalmente, el locatario llegó raudo a su tienda y vio que en realidad era una farmacia la que estaba en llamas por la acción de los manifestantes.
Ese hecho concientizó a Moisés de que en cualquier momento podría perder el negocio que ha mantenido por años, así que decidió cerrar esa sucursal, pues desde el año 2010 que no cuenta con seguro por lo tanto, un incendio o un saqueo sería fatal para él. "Aquí si nos entran a robar no tenemos como recuperar la mercadería que nos saquen. Quedaríamos en la calle", comenta.
El día 30 de octubre fue el último en que funcionó el negocio, y ayer se hizó la mudanza de los productos a la otra sucursal, que está ubicada en la calle Serrano n° 464.
De este modo, el porteño tuvo que pasar de dos locales a uno, ya que el temor de sufrir daños y la pérdida de días de trabajo se hacía insostenible. En la tienda de calle Serrano, también está cerca el recorrido de las marchas, pero es al comienzo de estas, cuando sólo están los verdaderos manifestantes y no aquellos que se aprovechan de la situación para hacer destrozos. "Yo entiendo las causas y estoy de acuerdo con que se manifiesten pacíficamente, pero el tema es que nadie se hace responsable de los daños que provocan las marchas. Al final es siempre uno el que pierde", señala Moisés con pesar.
todos arrancan
El problema de los daños derivados de las marchas se ha vuelto una tendencia en el sector y, pese a que la cantidad de marchas ha disminuido, el problema sigue presente en los locales de la avenida Pedro Montt. Moisés no es el primero en irse. El local contiguo al suyo correspondía a una panadería, la que fue cerrada hace un mes, luego de que su dueño decidiera abandonar la zona por la misma situación. "Aquí son varios los que tienen este problema y varios nos estamos yendo por lo mismo", explica Moisés.
Aún cuando el problema sea preocupante, no todos los locatarios tienen la opción de mudarse a otro lugar y existen varios negocios donde los dueños se han resignado a la situación y tienen que seguir trabajando en deplorables condiciones. Al lado de la perfumería y panadería cerradas, está "El Palacio de la Fruta", donde dicen que han debido hacer frente al problema y defender su negocio con todo.
César Fuentes, explica que para los días en que hay marcha, deben cerrar la cortina metálica para proteger sus productos, ya que el negocio se ubcia precisamente en el medio donde se generan los enfrentamientos entre encapuchados y carabineros. El porteño afirma que además de cerrar el negocio, deben permanecer al interior de este para proteger la entrada y evitar saqueos. "Tenemos que quedarnos adentro porque sino perdemos. Cuando pasan por afuera escuchamos como dicen que van a reventar los candados", indica.
César afirma que esto se trata de un problema de gravedad que se ha acentuado en los últimos años y genera gran pesar en los comerciantes aledaños ya que atenta directamente con su medio de trabajo y su forma de ganarse la vida. "Aquí estamos al lado del lugar donde se agarran. Es realmente lamentable que siempre terminemos afectados por las famosas marchas", indica el locatario mientras arregla la fruta. J