Afectados de cerro Arrayán: "Aún estamos a la deriva"
En la incertidumbre se encuentran las familias damnificadas tras el violento incendio que el 8 de octubre pasado consumió al menos 10 casas ubicadas en el sector de calle Almirante Riveros, del cerro Arrayán.
A tres semanas de la tragedia que nuevamente trajo dolor y desesperación a las y los porteños, aún no hay soluciones concretas para quienes literalmente se quedaron con lo puesto. Y sólo ayer el municipio envió camiones y trabajadores para que se iniciara el despeje y retiro de algunos escombros.
Fueron los mismos vecinos que junto a amigos y familiares realizaron la limpieza y orden de los terrenos, y aseguran ni la gobernación ni la muni han concretado los ofrecimientos a los que se habían comprometido, una vez ocurrida la tragedia; que constan de mediaguas básicas para quienes son propietarios de los terrenos, y subsidios de arriendo u otras soluciones habitacionales para los arrendatarios.
A LA DERIVA
"Se han demorado en retirar los escombros del incendio. Mi casa era de cuatro pisos, y en cada piso vivíamos distribuidos con tres de mis hijos y nietos. Todo lo que hemos limpiado es producto del trabajo de la familia y la comunidad. Nos hemos reunido con algunas autoridades y ya se está haciendo el catastro, a algunos se les han ofrecido subsidios en otras poblaciones, pero yo les dije que yo no cedía mi terreno a nadie, porque lo adquirimos con mucho esfuerzo y sacrificio al igual que mi casa", apunta la señora Agustina Reyes, afectada que actualmente se encuentra de albergada en la casa de su hija.
Por otro lado, las mediaguas básicas ofrecidas por el municipio porteño como una medida momentánea no han sido entregadas, y tampoco se han restablecido los servicios básicos de agua y luz.
"Hablaron de mediaguas, lo que nos sería de mucha utilidad mientras buscamos las formas de comenzar a reconstruir nuestras casas, y así al menos nos podríamos volver a instalar. Hemos comprado las herramientas de a poco con los aportes de nuestro trabajo y nuestros amigos", dice doña Agustina.
Una de las cosas que más preocupa a los damnificados es que las autoridades aún no les han entregado fechas para que así ellos puedan proyectarse y volver a levantar sus hogares.
"No hay fechas, y para nosotros son importantes esas mediaguas porque se pueden utilizar para ir guardando las pocas cosas que hemos podido ir recuperando. Entonces eso nos hace sentir que aún estamos a la deriva y en la incertidumbre. Yo acepto lo que ellos me puedan ofrecer, lo único que no acepto es dejar mi terreno porque ahí mismo voy a reconstruir mi casa", concluye.
Similar es el caso de la familia Acosta Pardo, quienes también perdieron todo en el incendio y ayer los encontramos despejando su terreno.
"Se supone que si despejamos el terreno de aquí a unas semanas vamos a recibir una mediagua, por eso hemos estado trabajando solos todos los días después del incendio. Ahora, no sabemos si se nos va a entregar una ayuda para comenzar a reconstruir nuestra casa, o sólo será la mediagua y ahí tendremos que arreglárnosla como podamos no más", afirma Jenny Pardo. La mujer reconoce que la tragedia ha afectado mucho a su familia tanto sicológica como anímicamente. "Se duerme poco y se trabaja harto. Ahora estamos viviendo albergados en la casa de mi suegra que se salvó de las llamas por milagro. Y nos queda más que esperar una ayuda o una solución. Pero hay vecinos que tendrán que esperar hasta el 2017 por una vivienda básica a cambio del terreno", critica. J