Jorge Valdivia, seis minutos después de que Chile derrotara a Perú por 4-3 en Lima, enfrentó a una cámara de televisión y dijo: "Son unos ordinarios". Claudio Bravo, que antes había impactado su empeine derecho contra una puerta, se detuvo ante un reportero y aportó la siguiente frase: "Que se dediquen más a jugar que a hablar". Y al rato Arturo Vidal, en su cuenta de Twitter, escribió lo siguiente: "Para enfrentar al campeón deben tener algo más que pifias".
Ocurre que la Roja se reconoció indignada con el clima bélico que rodeó al partido del martes. El equipo en su totalidad, explicó un vocero informal de la Selección, se molestó con los titulares agresivos de los diarios locales y, sobre todo, con las pifias al himno nacional. También con el temperamento histérico de los jugadores peruanos.
Y por eso, explicaría 18 horas más tarde Marcelo Díaz, antes de dejar el camarín del Nacional de Lima una mano anónima escribió un mensaje con tono de revancha: "Respeto. Por aquí pasó el Campeón de América".
La leyenda fue capturada por Carlos Salinas, un periodista reputado y director de Líbero, uno de los principales medios deportivos de Perú. Y explica a La Estrella, desde Lima, que el mensaje obedece a un recibimiento hostil a la Roja generado, eso sí, a través de las redes sociales. La prensa, jura Salinas, se mantuvo imparcial. Él, por ejemplo, se reconoce un pacifista y, además, admirador del fútbol chileno.
LA PAZ
Manuel Burga, ex presidente de la Federación Peruana de Fútbol, contesta medianamente apurado su teléfono y opina que los pueblos peruano y chileno son hermanos. Que entre ambos debe reinar la paz. Y que si hubo alguna actitud violenta se debe, exclusivamente, a algo "circunstancial".
Luego, en un tono emotivo, ofrece su propia disculpa. "Lamento lo que pudo haber sucedido. Yo aprecié mucho en la Copa América el gesto del público chileno de no abuchear el himno peruano", afirma Burga.
Sostiene la misma postura Héctor Chumpitaz, leyenda de la selección peruana. "¡Es sólo fútbol, no una guerra!", grita.
Y aboga por la paz, también, Salinas, el fotógrafo aficionado que capturó el mensaje. El fútbol, cree, se ve manchado cada vez que un hincha eufórico menciona la palabra guerra. Y eso, dice, es confundir dos terrenos: el político y el deportivo.
"Esos discursos de incentivar un poco el partido, por los conflictos bélicos, lógicamente son difíciles de evitar", cree Salinas.
Chile, en definitiva, exigió respeto. Perú pidió disculpas. Y Cueva, el agresor de Valdivia, reconoció el exabrupto: "La cagué". J