Tras 23 días sin jugar, Everton venció con lo justo a San Felipe
El de anoche en Sausalito fue uno de aquellos partidos en donde lo mejor -para el local, en este caso- fue por lejos, el resultado.
Y es que sin hacer un gran fútbol y frente a un rival que tampoco mostró mucho, Everton sumó de a tres al vencer por uno a cero a Unión San Felipe, en el pleito que cerró la 8a fecha del fútbol de ascenso.
Pese a contar con un plantel casi completo (sólo Velásquez, Alucema y el "Pulpito" González estuvieron fuera) al Everton de Rivero se le notaron los 23 días de receso obligado, primero por las Fiestas Patrias, luego por la suspensión de su partido en Coquimbo y ahora por la postergación del duelo ante los aconcagüinos que, como se sabe, debió haberse jugado el sábado recién pasado.
Fueron tres semanas maquilladas por uno que otro partido de entrenamiento en el CDE, pero que de igual modo afectaron a un Everton que no fue el mismo que gustó y vimos ante Temuco, Cobreloa y Rangers. Es cierto, se ganó y eso es lo que al final cuenta, pero en lo futbolístico... quedó una sensación de "gusto a poco".
UN GOL Y MUCHO orden
Favorecido por el esquema ultra conservador de la visita, el cuadro viñamarino fue un claro dominador del primer tiempo, aunque jamás logró someter a los aconcagüinos. Su dominio fue quizás poco vistoso y de escaso brillo, lo que redundó en muy pocas llegadas de riesgo hacia la portería del meta Aseff. De hecho -y cuando aún le costaba tomar la manija del pleito- vino el único gol de Everton, merced a un derechazo seco al segundo palo de Concistre, quien tuvo la cualidad de controlar y rematar en forma rápida... tras un centro de Ragusa (16'). Tras ello, una zurda suave de Ponce y muy poco más en ofensiva. Everton ganaba, controlaba y administraba el juego... pero no entusiasmaba a los 3.200 fanáticos que acudieron anoche a Sausalito.
Visualizando aquella falencia, que Rivero se la jugó -tras el descanso- por el ingreso de dos habituales titulares como Peñailillo y Carrasco, que reemplazaron a Cisterna y Ragusa, respectivamente. Lo que pretendió Rivero quedó de manifiesto, pero a los recién ingresados les costó unos veinte minutos o más, meterse en el partido. Aquello coincidió con los mejores pasajes de un San Felipe que si bien tuvo dos o tres posibilidades, se mostró siempre como un equipo muy livianito en ofensiva.
Sólo al final y tras el ingreso de Ceratto que Everton tomó un segundo aire y pudo haber marcado un segundo tanto, pero la imprecisión en el finiquito fue la tónica de un Everton que ahora con 13 puntos, trepó al 5° lugar en la tabla de posiciones. J