El porteño que descubrió a la veloz Isi Jiménez
"Con mi primer entrenador en Valdivia" dice la sencilla frase publicada por Isidora Jiménez en su incipiente cuenta de Twitter un 18 de noviembre de 2012, en una imagen sonriente junto a Jorge Grosser luego de ganar uno de los tantos torneos juveniles, antes de convertirse en la actual mujer récord y la más veloz de Chile.
"Es una persona muy experimentada, me entregó buenos consejos y aprendí mucho de él, como no tener miedo antes de competir, y de que somos todos iguales, tenemos dos piernas, es un grande el profe Jorge. Es el Papi Grosser, estoy muy agradecido por todo los conocimientos y buenos consejos que aún me da, pese a no estar hoy bajo su mano", dice Víctor Aravena, fondista que este año la rompió con su medalla de bronce en los Panamericanos.
Simples frases que llenan de orgullo al hombre detrás de ambos deportistas, los dos con su cuna en la Región del Bío Bío, la primera en Concepción y el segundo en Coronel.
Pese a esa distancia, los dos de los mejores exponentes del atletismo en nuestro país tienen a Grosser como el eje en común, pues el oriundo de Valparaíso fue quien les dio sus primeras armas para llegar a ser las figuras que hoy triunfan en las pistas nacionales y extranjeras.
"A la Isidora la conocí cuando aún no era atleta, jugaba un poquito de hockey en el Colegio Inglés, la vi en un campeonato y empezó a entrenar conmigo. Tenía 14 años cuando comencé con ella. De hecho fue mi hijo quien me dijo que pusiera atención a esa niña rubia, yo la vi y cuando corrió 100 metros en 13 segundos dije, chuta, no es fácil a esa edad correr en 13 segundos. Me dirigí a ella, le dije que tenía grandes condiciones. 'No sé si haces otros deportes, pero estás perdiendo el tiempo si no es en el atletismo'", recuerda.
"En el caso de Víctor lo tomé cundo era un atleta nacional y en su momento lo llevé a hacer sus mejores marcas. Hay dos profesores que lo formaron, el profesor Quezada, y el profesor Jaime de Campo, que estuvieron antes. A Víctor lo tuve en dos ocasiones, entre los 17 y 20 años, y luego entre 21 y 24 más o menos", repasa el septuagenario profe.
Vida en la pista
Así recuerda el inicio con ambos talentosos, a quienes hoy ve a la distancia radicados en Santiago. Así, sentado en su escritorio junto al computador en que registra las actividades de sus pupilos en la Selección de Atletismo de la UBB en Concepción. Esta última, una de sus labores, además de entrenar a jóvenes en Centro de Entrenamiento Regional y ser entrenador de la Federación Atlética de Chile.
Mientras Víctor y la "Isi" siguen firmes en la capital, Grosser hace lo suyo en Conce, entrenar a los que puede. Y remarca que es "sólo a unos pocos", pues la falta de recintos es la explicación de que cada vez sean menos sus pupilos.
"Hoy no tenemos otro estadio, eso está mermando el desarrollo del atletismo en la zona. Además de no poder usar Collao, tampoco se puede usar el Federico Schwager. El Estadio Militar fue atlético y hoy casi no se puede utilizar. Ya llevamos casi tres años sin pistas, eso para una ciudad como Concepción no puede ser, es mucho, por lo menos se han perdido tres generaciones. En nuestro caso debemos trabajar con grupos reducidos, hoy no podemos invitar a más gente, porque estamos en una pista prestada, del Colegio de los Sagrados Corazones", lanzó su crítica el profe.
Es que para él, el atletismo ha sido su vida, tal como cuando en su juventud se aventuró en las lides de la velocidad, con hartos logros pese a su corta carrera. "Practicaba 800 y 1500 metros, fui campeón sudamericano y semifinalista olímpico en México 1968. Logré marcas en 5.000, 10.000, 3.000 con obstáculos, 3.000 metros planos. No hice mucho tiempo atletismo, me lesioné y no pude seguir, a los 27 ó 28 años ya no corría. A fines de 1963 comencé a hacer atletismo", repasa.
De ahí optó por entrenar, siendo su primer atleta el mítico Edmundo Warnke, quien entre 1971 y 1979 lograra los mejores registros chilenos, sudamericanos en carreras de semifondo y fondo, y que ganara la prestigiosa carrera de San Silvestre, además de competir en dos Olimpíadas: Munich 1972 y Montreal 1976.
"Él fue el primer atleta que tuve, fue en 1969", recuerda, tras lo cual se abrió paso en esto de entrenar, lo mismo que por razones de trabajo lo llevaron a instalarse en Conce de forma definitiva en 1989. "Soy de Valparaíso, pero soy como un penquista más, mis hijos son penquistas, hice mi vida acá", explica.
calzado
Una experiencia que le permite hacer comparaciones, y ver el atletismo de ayer y hoy bajo su propio prisma. "Las diferencias de antes, el calzado, por ejemplo, hoy con las zapatillas que hay ni se siente el correr, las pistas también, antes no había pistas sintéticas, se corría en tierra o ceniza, ahora se usa pista sintética que cambia mucho la cosa, por lo menos un segundo por vuelta, lo que es harto. Otra cosa, antes se corría más por el honor y la gloria, hoy se corre más por otras cosas. Yo he estado ligado toda mi vida a los atletas. Aunque si estos cabros (Isidora y Víctor) hubieran corrido en mis tiempos, igual hubieran sido buenos, porque con el talento se nace", asegura.
Pese a ello, el profe no les pierde el hilo y sigue cada una de sus participaciones, principalmente las últimas en el Mundial de Beijing, pese a que ambos nos les fue muy bien.
"Isidora siento que puede dar mucho más que lo que hizo en China. Por algo tiene todos los récords en Chile y está clasificada a Río de Janeiro", comenta el entrenador.
"Víctor logró la medalla y corrió muy bien en Toronto. Pero el nivel de los competidores en el mundial le pasó la cuenta. En el mundial estaban los africanos, los que dominan. Él se preparó para los Panamericanos, donde llegó en su punto peak, pero no se preparó para el mundial, llegó desfasado", afirma Grosser. No obstante, el entrenador asegura ver a Aravena en las olimpiadas de Río 2016.
Y a pesar de que ya no están bajo su lupa, los consejos no le faltan para que sus ex pupilos sigan creciendo y logrando resultados.
"Víctor tiene que hacerse un buen programa de entrenamiento. Está capacitado para hacer las mejores marcas en Chile, pero tiene que enfocarse más. Está en el momento ideal, si no lo aprovecha ahora no lo a hacer nunca. Él afortunadamente es una persona que no se lesiona, eso le favorece", expone.
Y a la Isidora, entrenar firme y no necesariamente irse de Chile, como postulan algunas voces. "Acá se puede entrenar bien, lo que sí tiene que hacer un buen programa de competencias. Entrenar en Chile y en los meses de invierno salir a competir a Europa. Irse fuera es difícil, le trae muchos trastornos a las personas. Yo estuve muchos años fuera por el atletismo, en Alemania, Bélgica, España, Estados Unidos, donde competía mucho, llegué a competir en 52 carreras en 3 meses, una cada tres días, pero es difícil", comenta. J