El terremoto y el tsunami bajo la lupa de expertos
Los 8.4 grados en la escala de richter del terremoto que afectó a siete regiones del país el jueves pasado y el posterior tsunami que golpeó las costas de Viña del Mar y Concón generó serios daños y gran preocupación en la población.
La sismolóloga y magister en Geofísica, Cindy Mora, explica que el terremoto de ayer se originó frente a las costas de Canela Baja en la interfaz de las placas de Nazca y Sudamericana y advierte que su intensidad fue mucho menor a la que registró el terremoto del 27-F. "El evento del 2010 liberó cuatro veces más energía que el evento de ayer", asegura.
La especialista indica que el hecho de que se haya sentido tan fuerte, se explica con el concepto del hipocentro, que indica la profundidad del suceso. El movimiento telúrico de ayer ocurrió a 11.1 kilómetros de profundidad, lo que es considerado como un evento somero. "Al ser un evento somero, se siente mucho más fuerte porque las ondas sísmicas tiene poca distancia para atenuarse, además genera ondas superficiales que provocan esa percepción de movimiento oscilatorio hacia un lado y hacia otro", ilustra la sismóloga.
En relación a la posibilidad de temblores derivados del terremoto de ayer, Mora aclara que es dificil determinar con claridad hasta cuando habrán réplicas, pero advierte que se pueden presentar por varios meses. "Al principio más seguidas y de mayor magnitud, como las que se han sentido en estas horas post-terremoto, y con el pasar de los días y semanas irán disminuyendo en magnitud" comenta.
El director del Centro Sismológico Nacional (CSN), Sergio Barrientos, coincide con su colega y expone que es esperable que la intensidad de las réplicas vayan en disminución, siendo las más fuerte la que se registró 22 minutos después del terremoto, que alcanzó 7,8° en la escala de Richter, pero advierte que no se puede asegurar que los temblores sean más suaves.
Respecto de la posibilidad de la llegada de un nuevo temblor de alta intensidad -como se ha comentado en las redes sociales- el director del CSN enfatiza que no se puede preveer futuros terremotos y ese tipo de pronósticos no tienen validez científica."No existe una metodología que permite la previsiónde terremotos",asevera.
el tsunami
El académico de la escuela de Ciencias del Mar de la PUCV, Marcos Cisternas calificó lo ocurrido en la costa de Concón como "un tsunami menor, comparado con el tipo de tsunamis que ocurren en Chile", lo que se explica con el antecedente de que el terremoto tampoco fue de gran intensidad.
El experto explica que el aumento del oleaje se debe a diversos factores, como que el flujo del río Aconcagua llevaba mayor caudal cuando desembocó en Concón, lo que provocó mayor poder de inundación. En el caso de Viña del Mar y el desborde del estero Marga Marga, lo que ocurrió fue que el agua caída en el temporal de algunas semanas atrás, debilitó la barra del estero, que es la que protege el aumento del agua. "Estamos hablando de amplitudes de dos o tres metros", expone.
Para entender el comportamiento del mar en un tsunami, Cisternas, explica el concepto del "tren de olas", como una seguidilla de olas que fluyen desde el mar hacia afuera. "Es lo mismo que cuando tiramos una piedra al agua y lo que se genera son una serie de ondas, no es solamente una ola. El terremoto golpea el fondo del mar y de ahí empiezan a salir ondas", comenta.
Tras unas horas del temblor, la alerta de tsunami se decretaron en varias regiones de norte a sur del país, lo que preocupó a más de alguno, pero el académico de la PUCV, aclara que la masiva alerta no se debe a un peligro certero, sino que tiene que ver con una política de prevención. "Todavía estamos mejorando nuestros sistemas para dar alarmas más definidas a ciertos sectores. Mientras todavía no avance eso, se sigue con la idea de dar alarmas generalizadas, porque al principio es muy difícil determinar el tamaño del terremoto.
Cisternas aclara que el tsunami desarrollado el jueves tiene una diferencia central con lo que ocurrió el 27-F, pues ambos maremotos provenían de distintos epicentros y por lo mismo, llegaron a la quinta región desde direcciones diferentes, lo que altera radicalmente los efectos que producen en la costa. En el caso del 2010, el tren de olas venía desde el sur y el jueves pasado el agua corría desde el norte, lo que en este caso produjo mayores estragos en la costa. J