Aunque el mercado de los teléfonos inteligentes crece como espuma, la utilidad que se le da a los dispositivos es cada vez menos para lo que fueron creados: hablar. Un reciente estudio elaborado por Motorola Mobility en alianza con IR Adviser quiso analizar para qué y cómo usan estos aparatos los jóvenes chilenos.
En primer lugar, la penetración cumple un rol fundamental ya que un 97% de los encuestados dice tener un smartphone, universo que se divide en un 53% de hombres y 47% de mujeres. La mayor parte de los dueños de smartphones se encuentra en el rango etario de los 13 a los 18 años (85%) y un 60% de los entrevistados afirma que se lo regalaron.
En cuanto al uso del dispositivo, un 66% declara que prefiere utilizarlo durante la noche, seguido de un 32% que lo usa durante la tarde y en mucha menor medida durante la mañana y la madrugada. Si se trata de tiempos, la gran mayoría de los encuestados usa su teléfono entre tres y cinco horas diarias (44%), seguido de una porción que lo hace de una a tres horas (28%) y entre cinco y ocho horas (24%).
De acuerdo al informe, la principal actividad que realizan los jóvenes con sus smartphones es chatear (37%), seguida muy de cerca por la interacción en redes sociales (32%). La tercera preferencia es escuchar música (14%) y en menor medida navegar por internet (6%) y realizar o recibir llamadas (6%).
En cuanto al apego por sus smartphones, un 64% de los encuestados declaró que lo considera "un medio para estar conectado con el entorno, pero del cual podría prescindir", mientras que un 14% lo considera "su mejor pasatiempo" y un 10% "una herramienta de trabajo".
Ante la pregunta ¿cuánto estaría dispuesto a pagar por un smartphone?, la gran mayoría se inclina por un monto que va entre los $100.000 y $200.000 (37%), seguido por un 34% que pagaría entre $50.000 y $100.000 y un 11% que estaría dispuesto a desembolsar entre $200.000 y $300.000.
Consultados respecto de qué le falta a sus smartphones para que sean perfectos, la principal falencia detectada por los jóvenes es la poca duración de la batería (39%) seguida por una mayor capacidad de almacenamiento (31%). J