El 83% de las mujeres trabajadoras de Chile se declaró oficialmente furiosa. Acusan, agitando levemente las manos y ensayando un rostro agrio, que sus empleadores no valoran su trabajo. Que ellas, por el simple hecho de no tener un quinto miembro, reciben un salario significativamente menor que el de sus pares varones. Aun cuando desempeñen una labor idéntica.
Lo devela un estudio a nivel nacional del portal Laborum.com, en el que se encuestó a 750 trabajadoras activas.
De ellas, se lee en el informe, el 69% considera, de manera muy fundamentada, que en Chile no existen condiciones equitativas para hombres y mujeres a nivel laboral. El 28% expresa una opinión matizada y considera que la desigualdad se produce sólo en algunos ámbitos. Muy por el contrario de esos casos, apenas tres de cada 100 mujeres cree que sí hay una equivalencia.
"Hay evidencia que por un perfil de cargo idéntico existen diferencias que son importantes dependiendo del género y obviamente una mujer gana menos", analiza María Angélica Zulic, gerente general de Laborum. Agrega, sin embargo, que el método para revertir esta realidad debe comenzar por las mismas afectadas. Una especie, imaginamos, de revolución silenciosa en que hordas de damas histéricas enfrenten a sus jefes y le exijan igualdad de derechos. "Presentando un currículum con aptitudes por sobre el mercado, se debe pedir un salario acorde y no bajarse el monto de la remuneración por el hecho de ser mujer, mamá o diferentes factores", añade la ejecutiva.
Para eso, anuncian desde Laborum, es fundamental que las furiosas mujeres se interioricen sobre las leyes laborales. Y eso, conocer los detalles de la normativa, se desglosa, sólo ocurre en el 29% de los casos. El 61% de las mujeres, en cambio, admite no saber nada sobre el tema. J