Papá de joven dice que fue agredido por policías
"Mi hijo está con muletas, tiene seis puntos en la cabeza y perdigones en ambas piernas", sostiene Gustavo Jorquera Gómez, padre del menor de edad que apareció en varios medios ayer, producto de lesiones que su familia atribuye a personal de Carabineros.
El público que estaba en estadio y los medios de prensa, captaron como un joven ensangrentado cruzó toda la cancha y fue sacado por la policía por la puerta principal. Hasta ahí, nadie sabía si iba detenido o era víctima de las peleas entre barras, pero su rostro acaparó flashes y portadas.
"Yo estaba con él, pero un poco más arriba. Nosotros llegamos sobre la hora y teníamos entradas para galería cerro y mi hijo se vio envuelto en todo. Él no es delincuente, estudia y fue pelotero del club. Pasa que a él le llegó un proyectil de carabineros en su cara, de esas bombas que lanzan, después le llegaron balines en sus pies y por último le pegaron un fierrazo en su frente", indicó Jorquera, quien sostiene que todas sus lesiones son agresiones y están constatadas en la posta.
Atención Médica
El papá del estudiante de Santa Julia, contó que tras sacarlo por la cancha, a su hijo nadie le prestó atención médica y sólo su intervención hizo que llegara la ambulancia al Sausalito.
"En ese minuto -fuera del estadio- habían muchos carabineros cerca de mi hijo y un efectivo me preguntó por el nombre del herido. Luego cuando íbamos saliendo, el Gope interceptó la ambulancia y volvieron a preguntar los datos nuestros. Yo creo que querían consultar nuestros antecedentes, pero después en el hospital nuevamente aparecieron carabineros (6) y con un actuar bastante extraño se fueron. A la media hora me enteré de que mi hijo estaba imputado, pues el fiscal había visto los videos", sostuvo el viñamarino.
La familia Jorquera está demasiado choqueada con todo lo ocurrido y el menor sicológicamente mal. Físicamente el joven tuvo heridas contusas en la cara y perdigones en ambas piernas por el lado posterior.
QUERelLA
-Como familia nos vamos a querellar contra todos los que resulten responsables. Es que parto de la base que habiendo apenas 50 guardias no debió haberse autorizado a jugar.
Una de las cosas que más le duele a Gustavo Jorquera, es que su hijo iba habitualmente al estadio y nunca había sufrido algo similar.
"Él (hijo) tiene una pared llena de entradas pegadas y tengo fotografías y filmaciones en el partido en que Everton jugó ante Calera y apenas se mueve 20 centímetros de su asiento. Insisto, mi hijo es tranquilo, pero ahora lo veo confundido, igual que yo. Él no está bien. Lo veo mirar su ropa toda rota. Le había costado comprar el buzo de Everton. Juntó la platita y le costó 60 mil pesos, eso duele. Mi hijo jamás ha tirado una piedra ni nada en el estadio. Pueden consultar antecedentes de él en el colegio o la capilla donde asiste", manifestó el evertoniano.
"Lo último que quiero agregar es que el carabinero, que lo paseó por la cancha, es un descriteriado que lo dejó abandonado y no hizo nada por él", finalizó el progenitor. J