¡Histórico e inolvidable!
Si nos hubiesen informado -antes de iniciada la Copa América 2015- que en el partido final de la competencia, Chile vencería a estadio lleno y en definición a penales a la Argentina de Lionel Messi y compañía... de seguro habríamos respondido con que "sería un sueño" o algo por el estilo. Porque imaginar una final como la del sábado en el Estadio Nacional, con un Chile jugando de igual a igual y por ratos sometiendo (como diría Sampaoli) a los actuales subcampeones del mundo, no es y no ha sido nunca habitual, al menos para nosotros, los chilenos.
Y quizás por ello, porque se rompió con la maldita historia (hay excepciones, pero pocas), porque se espantaron los fantasmas del pasado, porque se acabaron las mufas y, principalmente, porque lo merecíamos... que Chile levantó la Copa América en una final inédita, soñada y muy festejada. Adiós a los triunfos morales, adiós a los "casi-casi", adiós a los "jugamos como nunca y perdimos como siempre" o tantas otras frases que nos hundían y nos tenían podridos.
Como periodista deportivo he visto cientos de partidos, quizás miles. Soy como muchos, un fanático del fútbol y me ha tocado cubrir desde los "Za-Sa" y esos jugadores que nos llevaron a Francia '98, hasta el actual equipo de Sampaoli. No será mucho, pero da lo mismo, porque al igual que todo el país, hoy somos más felices... si hasta el cielo se cuadró ayer con unas cuantas gotas, para festejar. Chile no está habituado a estas alegrías y por Dios que la queríamos y buscamos. El sábado en el estadio, el apoyo de la gente fue sencillamente impresionante; el griterío, absoluto; las banderas de Farkas, todo un acierto. Y todo en torno al fútbol, un simple deporte que nos permite estar unidos y esperanzados.
La Selección Chilena ha dado un primer gran paso. Hoy sabemos que se puede levantar una Copa América y que con esfuerzo, trabajo y dedicación, todo es posible. Hoy iniciamos una nueva historia en lo deportivo. ¡Que así sea!. J