Albert Roca es un ciudadano español de 51 años y en su currículum se lee que fue ayudante de Frank Rijkaard en el Barcelona. Hoy dirige a la selección de El Salvador, y hace una semana enfrentó a un cúmulo de micrófonos y lanzó una crítica honesta: jugar contra Chile (19.00 horas, estadio El Teniente), gritó, es un despropósito.
El DT deslizó que la Roja no está a la altura de su equipo, que el amistoso servirá de poco y que viajar a Sudamérica le resulta tortuoso.
Chile, aclaró el DT, es demasiado bueno para El Salvador. Y eso le generó un cuadro de estrés. El señor Roca, en realidad, hubiera preferido jugar con una selección más débil.
Ocurre que el fútbol salvadoreño es una industria casi aficionada: sus equipos sufren crisis económicas; las divisiones inferiores no existen; y sus jugadores, usualmente, se convierten en profesionales recién a los 20 años.
Por eso, explica César Najarro, periodista de El Diario de Hoy de El Salvador, para el partido con Chile existe un deseo colectivo triste: "Un buen resultado sería perder decorosamente".
-Nuestro equipo no tiene rodaje, en cambio a Chile se le ve como una potencia. Aquí nadie piensa que ni siquiera se le puede sacar un empate.
Hernán Carrasco, ex entrenador de Colo Colo y ayudante de Fernando Riera en Chile '62, radicado en El Salvador hace 30 años, sostiene la tesis. Y aporta un análisis frívolo: "El Salvador es un equipo que destruye, corre, pero no tiene poder ofensivo".
La selección
Hace dos años, 14 seleccionados salvadoreños fueron sancionados de por vida por arreglo de partidos. El castigó implicó una renovación casi completa del equipo y, con ello, un proceso que comenzó de cero. La selección, informa con un tono trágico Najarro, retrocedió 30 años.
"Es un equipo joven, no supera los 23 años", analiza. Carrasco agrega: "¡No! No tiene nivel para competir siquiera en eliminatorias".
Entre los seleccionados que vendrán a Chile figura una horda de jugadores con poca experiencia. Aparece, entre ellos, Narciso Orellana, un volante medianamente talentoso de 20 años, que hace ocho meses trabajaba de pasapelotas. También Irving Herrera, un joven de 23 años que hasta diciembre lavaba platos en un restorán de Nueva York.
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-Estamos por detrás de todo Centro América, incluso de las islas que no juegan ni a la payaya.
Una vez al año, explica ahora Najarro, los clubes hacen una convocatoria abierta a través de diarios y TV. El anuncio dice, imaginamos, algo así: "Se busca hombres vigorosos con habilidades para jugar fútbol". Masas de adolescentes -y también adultos- acuden a la prueba. La mayoría, dice el periodista, no sabe siquiera patear una pelota. Otros dominan dos o tres veces. Ellos son seleccionados. Y, si tienen suerte, firman un contrato profesional.
Así funciona, ratifica el señor Carrasco, el fútbol de El Salvador, el próximo rival de Chile. Lo único es que será, augura, un partido olvidable. Y que a ambos países difícilmente les servirá de algo. J