LA resurrección ya es posible
Han Solo, el personaje de la Guerra de las Galaxias, medio moribundo fue congelado y luego de un tiempo revivió. Es cine, ciencia ficción. Sin embargo ya hay indicios que el congelamiento de personas puede convertirse en una opción. Imagínese despertar en 100 años más. Luego congelarse por otros 100 años y despertarse y así sucesivamente.
Hoy sólo se permite el congalamiento de cadáveres humanos en lo que se denomina criogenización. La apuesta consiste en congelar el cuerpo humano con el propósito de curarlo y revivirlo tras su muerte.
Matheryn Noavaratpong, de apenas dos años de edad, falleció el 8 de enero de este año a causa de cáncer en el cerebro luego de ser intervenida quirúrgicamente en varias ocasiones y haber perdido el 80 por ciento del lado izquierdo del cerebro.
Sus padres decidieron retirarle la respiración artificial para congelarle con la esperanza de que la ciencia algún día encuentre la cura. Con esto, la pequeña se convierte en la persona más joven en ser congelada. Este procedimiento permitiría revivirla en el futuro en caso de que se hallara una solución a su enfermedad.
Desgraciadamente, la niña tenía un tumor de 11 centímentros en el cerebro, por lo que tuvo que ser operada varias veces (12 en total), sin muchos resultados, pues su enfermedad, "ependimoblastoma", da una esperanza de vida de únicamente cinco años.
criogenización
Fue en ese momento que sus padres se dieron cuenta que era el final, y contactaron con la organización Alcor Life Extension Foundation, una de las pocas fundaciones que cuentan con criogenización, que es la preservación de animales y humanos; los congelan con el propósito de medicarlos y poder reanimarlos en el futuro.
De esta manera los cuerpos se mantienen a 140º bajo cero en el cementerio helado de la Alcor Foundation.
Este procedimiento sólo puede realizarse luego de que se ha declarado la muerte legal en el paciente, y sólo si existen posibilidades de que en un futuro podrían recuperarse. El tratamiento resulta muy costoso, 80 mil dólares al año, sin embargo la familia se mantiene entusiasta y sin perder la fe.
La pequeñita fue congelada en Tailandia, después llevaron su cuerpo a Estados Unidos, y su cerebro se encuentra en un en un contenedor de acero inoxidable con nitrógeno líquido.
La gran familia de la criogenización va creciendo. Profesores, médicos, arquitectos, físicos... Hay un goteo permanente. "Si me entierran, todo se acaba definitivamente, el riesgo de no volver a la vida es del 100%. Pero si me congelan al menos tengo una posibilidad, merece la pena intentarlo", confía el neurofisiólogo clínico español Lluís Estrada García, 68 años, uno de los expertos que asesora al recién creado Instituto Europeo de Criopreservación (Iecrion).
Más de un centenar de españoles (de cada tres, dos son hombres) ya han decidido que sus cuerpos reposen suspendidos en nitrógeno líquido dentro de cápsulas inoxidables tras fallecer. Y pasan ya de 3.000 las personas en el mundo que han firmado un contrato con alguna de las tres empresas de criogenización que existen (dos estadounidenses y una rusa), donde yacen 241 cuerpos a la espera de ser resucitados.
La española Iecrion sería la primera en Europa y la cuarta en el planeta. Y no sólo acogería a humanos. "Estamos fabricando cuatro tipos diferentes de cápsulas, con tecnología española", explica el ingeniero Alberto Sarmentero, del Grupo de Ingeniería Biomédica GIB, firmemente convencido de que es posible revertir la muerte. Las presentará en septiembre: una para "enfriar tejidos, otra para órganos, la más grande para personas y, por último, una cápsula para congelar mascotas y animales muertos de especies en extinción", describe.
Un modelo similar al de la rusa Krio Rus, que, además de mantener ya a 34 personas congeladas, cuenta con 14 animales domésticos enfriados con vista a una futura resurrección. Precios: 36.000 euros por cuerpo humano, casi la mitad que en EEUU, y 12.000 por animal.