Tetrapléjico tuvo "cara a cara" con sus agresores
l Un dramático testimonio entregó ayer el joven que está tetrapléjico tras ser baleado en una convivencia el "18" de 2013.
En el tribunal oral en lo penal se desarrolla el juicio contra Rafael Rubio, su hija Daniela y la pareja de ésta, José Espinoza. Los tres fueron a una casa cercana a su domicilio en Placilla, para vengar la golpiza que momentos antes sufrió el hijo menor de la familia Rubio. A través de una reja dispararon al grupo y el tiro dio en el cuello de Mauricio Vega, 23 años, que nada tenía que ver en el conflicto. Sufrió trauma raquimedular y quedó tetrapléjico. La Fiscalía pide para el padre y el yerno 10 años de cárcel, y 7 años para la joven que los transportó en un jeep al sitio del baleo.
En la primera jornada Rafael Rubio asumió ser el autor del disparo, mientras que su hija y yerno niegan haber estado en el ataque. Pese a su complicado estado de salud, ayer Mauricio Vega, hoy de 25 años, llegó en silla de ruedas a la audiencia. Declaró tras un biombo. En su declaración el joven se refirió a la fatídica convivencia, situando a los tres acusados en el lugar de los hechos. Recuerda las amenazas proferidas antes de recibir el proyectil que tronchó su vida. "Cuando recibí el disparo no podía hablar ni moverme. Me llevaron a un Sapu y luego desperté en el hospital donde estuve 10 meses internado. Siento el cuello y los hombros, no las extremidades porque estoy tetrapléjico. No puedo recuperar más sensibilidad. Me extraen la orina con sonda y las fecas en forma manual. Me cambian de posición para no escararme y me sacan en la silla un rato al sol", dijo sobre la vida que lleva hoy. J