l Pasadas las 12.00 horas de ayer, fue reconstituida la escena de la muerte de Marcelo Barrios, joven universitario y militante del Frente Patriótico Manuel Rodríguez quien fue acribillado en la puerta de su casa el 31 de agosto de 1989.

La diligencia fue realizada en el cerro Yungay de Valparaíso, específicamente en el pasaje Latorre de la población 18 de septiembre y fue encabezada por el ministro en Visita de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, Jaime Arancibia Pinto. No obstante, se hizo sólo con testigos ya que uno de los involucrados se escapó.

Gladys Barrios, hermano del fallecido, señaló que como familia han interpuesto cuatro querellas en contra de seis efectivos de la Armada de Chile y que esta diligencia en alguna medida es un logro. "Una de las personas citadas que es Sergio Schifelle quien era el jefe operativo de la Infantería de Marina y que dirigió el asalto y la ejecución de mi hermano, pero después que le sacaron una foto y le pegó al camarógrafo, se fue", manifestó la mujer. J

Con globos negros en señal de duelo y carteles instalados afuera de sus locales, un grupo de comerciantes de calle Victoria mostró su descontento por la falta de seguridad que viven a diario.

Según aseguran los locatarios, en el sector se vienen sucediendo una serie de hechos delictuales que pensaron que se acabarían luego de la instalación de cámaras de seguridad, pero lejos de acabarse éstos se han mantenido e incluso han aumentado.

"Nos mostraron las cámaras, hicieron un show y resulta que es mentira porque nos hemos enterado que no existe un monitoreo de cámaras. No hay nadie mirándolas, estos dos últimos meses desde que las instalaron, nos han robado. Los mecheros están a la orden del día, han reventado candados con galleta, eso quiere decir que tienen mucho tiempo para hacerlo y las cámaras nada", sostuvo Sharon Cancino, vocera de los comerciantes.

de mal en peor

Los comerciantes aseguran que la situación incluso ha empeorado porque ahora los ataques han sido hasta con cuchillos, pero nadie se hace cargo.

"La únicas veces que vemos a carabineros es para pasarles partes a los automovilistas, pero por seguridad nada. No hay prevención y cuando ha pasado algo, la respuesta es que 'justo' la cámara estaba grabando para el otro lado, así no hay pruebas de lo que aquí está pasando", dijeron.

Esta ola de robos afecta a los comerciantes de calle Victoria entre Francia y Morris. Los carterazos a la orden del día, los mecheros repletan las calles y los ladrones acechan por las noches.

Al respecto, el delegado municipal de El Almendral, Víctor Fuentes, señaló que "entendemos la indignación e impotencia de los comerciantes de calle Victoria ante los actos delictuales que han sido víctimas, por ello como municipalidad dentro de las limitadas herramientas que podemos aportar a la lucha contra la delincuencia, instalamos cámaras de televigilancia en ese sector. Los videos están a disposición de carabineros para que una vez recogida la denuncia puedan revisarlas y buscar elementos que apoyen la labor del ministerio Público. Hay que ser claros, las policías dependen de la Gobernación y quienes determinan si un delincuente debe ir o no a prisión es el ministerio Público", señaló Fuentes. J

l Un insólito hecho ocurrió el pasado martes, en pleno centro de Villa Alemana, cuando a dos guardias de un camión de valores Brinks, se les olvidó sacar las llaves desde el interior del vehículo. Esto provocó un bochorno de marca mayor al estar por varios minutos intentando abrir el vehículo a vista y paciencia de los transeúntes.

El hecho ocurrió en calle Santiago esquina Blanco, el martes a eso de las 18.00 horas cuando el camión estaba afuera de una sucursal de Serviestado que hay en ese lugar.

Fue tanto el alboroto, que incluso uno de los testigos del hecho se dio el tiempo de grabar la situación que duró largos minutos y que los tuvo con palos y ganchos tratando de recuperar las llaves que habían quedado en el espacio donde van los guardias y el dinero.

AYUDA

Una vez que los dos trabajadores se dieron cuenta que la habían "embarrado", solicitaron ayuda al guardia de la sucursal bancaria quien les proporcionó lo que estuvo en sus manos para ayudar a sus colegas.

Sobre un piso y con un palo de escoba unido a un gancho, los trabajadores pudieron sacar las llaves, pero lo que más llamó la atención fue que en el ajetreo de la preocupación del camión, tenían sin resguardo las armas que usan y que cualquiera podría haberlas arrebatado. J