Por semifinales del Seven a Side de Viña, la Selección Chilena de rugby (Los Cóndores) cayó 7 a 21 frente a su similar de Uruguay. Pero lo abultado del marcador no fue noticia, sino la pelea que se armó al término del duelo.

Versiones indican que el charrúa Gabriel Puig inició una discusión con el local Pablo Metuaze que terminó en batalla campal. Pero en otras imágenes, se ve a varios jugadores chilenos pegándole en el suelo a jugadores uruguayos, incluido un integrante del staff chileno.

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"Los entrenadores nacionales representan países y deben ser un ejemplo. Los niños están mirando. Repudio lo sucedido . Perdón a todos", escribió en su cuenta de Twitter el argentino Diego Rodríguez del cuerpo técnico uruguayo. En Chile no hubo reacciones y se evitó a la prensa. J

Para nadie es un misterio que el deporte entrega prácticamente sólo beneficios al cuerpo humano. Al hacer ejercicio estamos reduciendo los riesgos a padecer un ataque al corazón, bajamos los niveles de colesterol en la sangre y por supuesto activamos músculos de nuestro cuerpo que ni siquiera sabíamos que estaban ahí. Pero más allá de los beneficios que trae para nuestra salud física, el deporte también es un excelente tratamiento para la mente.

Durante el tiempo en la que he escrito esta columna he podido escuchar testimonios de cómo el deporte ha cambiado la vida de muchas personas. Aquellos que tomaban hasta quedar tirados ya no lo hacen, los que se fumaban una cajetilla de cigarros tampoco y los que pasaban sentados todo el día frente al computador o la televisión salieron a tomar un poco de aire.

Sin embargo durante esta semana he escuchado dos historias reales que me llevan a creer que el deporte es casi como una religión, pues los mantiene concentrados y enfocados en lo que quieren. El primer testimonio es de un amigo de infancia, que tras leer las columnas de "Vida Sana para un tipo normal" se decidió a hacer deporte casi diariamente. Al comienzo el dolor por mover un cuerpo inactivo casi le gana la batalla, sin embargo, cuando hablamos hace pocos días me dijo que nunca se había sentido mejor y que parecía un cabro de 15. La otra historia me la contó un amigo de entrenamiento en el box de Volor Crossfit de Viña. Sin entrar en mayores detalles, mi amigo me señaló que el crossfit prácticamente le salvó la vida luego de atravesar una profunda depresión.

El deporte, en este caso el crossfit, hizo que esta persona lograra salir adelante, superando sus propios límites físicos y emocionales. Hoy esta persona es uno de los mejores integrantes de Volor Crossfit.

En definitiva, tal vez en vez de tomar tantos medicamentos para estar bien, podríamos hacer nuestras propias terapias en donde la superación, la constancia y las ganas de no quedarse inmóviles frente a la vida sean los ingredientes de la receta para una vida sana.