Un grupo de sicólogos de la Universidad de York se puso como meta descubrir qué se escondía detrás de los avatares utilizados por las personas en las redes sociales. Para eso analizaron cientos de fotos de perfil de las más variadas especies. Revisaron, de forma minuciosa, rostros de jóvenes sonriendo, de mujeres adultas con mirada misteriosa, de hombres mirando al horizonte.

Leyeron, en caras anónimas, mensajes encriptados y aseguraron que cada variable incluida en las fotografías respondería a un rasgo de la personalidad de cada usuario.

La premisa del estudio, se lee en el portal Personality and Social Psychology Bulletin, es que a través de un avatar es posible llegar a desglosar la sicología más íntima del ser humano. Eso, por más fantástico que parezca el experimento.

El estudio consistió en que una serie de participantes creara su propios avatares de forma personalizada. Luego, un segundo grupo se dedicó a analizarlos y calificarlos. Posteriormente, los dueños de las fotos de perfil fueron evaluados según cinco parámetros: apertura, escrupulosidad, extroversión, agradabilidad y neuroticismo.

Resultados

Las conclusiones del análisis fueron decidoras: efectivamente, y tal como se planteó en un principio, hay rasgos que son más fáciles de identificar que otros a través de las fotografías. Por ejemplo, es más probable determinar si una persona es extrovertida que si está abierta a vivir nuevas experiencias.

Las personas más sociables, en tanto, crean avatares que exacerban esa característica. Por lo general aparecen en poses riendo o interactuando con alguien. No así quienes poseen una personalidad más retraída. En esos casos, suelen elegir avatares neutros, muchas veces usando sombreros o lentes. J