Un mayor riesgo de caer en depresión y sufrir alteraciones en el estado de ánimo. También perturbaciones en sus aptitudes psicológicas y las habilidades sociales a la hora de interactuar con otras personas. Todos esos síntomas son los que con una mayor probabilidad podrían sufrir los adolescentes que maduran antes en comparación a los que tienen un desarrollo de acuerdo a lo normal.
La información corresponde a los resultados de un estudio de la Universidad de Illionois en Estados Unidos, que registró la llegada de la pubertad en más de 160 jóvenes e hicieron un seguimiento a lo largo de cuatro años de sus niveles de depresión.
Según la psicóloga Karen D. Rudolph, directora del experimento, una maduración precoz activa dificultades sicológicas que podrían traducirse en una depresión varios años más tarde. La razón del fenómeno, añadió Rudolph, es que los jóvenes que maduran antes que sus pares experimentan una imagen más pobre de sí mismos, lo que se traduce en el aumento de la ansiedad y la disminución del autoestima. Esto hace que relacionarse con sus compañeros les resulte más difícil, al considerarse distintos a ellos.
Además, con frecuencia son marginados por sus pares debido a que los consideran mayores que ellos.
En esa misma línea, un grupo de académicos de las universidades de Bristol y Cambridge, de Inglaterra, realizaron un estudio comparando la relación entre la edad a la que llega la primera menstruación y los síntomas depresivos en las niñas. Para ello se hizo un seguimiento de 2.184 jóvenes preadolescentes.
Según la muestra, la edad promedio en la que empiezan a menstruar es de 12 años y seis meses. Y los resultados arrojaron que en las niñas que se adelantaron a ese plazo, a la edad de 13 o 14 años comenzaban a manifestarse indicios de depresión. J