La temida sal es uno de los enemigos número 1 del cuerpo humano, la principal causa de problemas cardiovasculares e hipertensión arterial. El problema es que está presente en los productos más ricos que consumimos habitualmente: los lácteos, las cecinas y el bendito pan.
Tomando en cuenta que somos el país número uno en el consumo de batidos, hallullas y colizas, el ministerio de Salud inició el año 2012 una estrategia para que los panaderos rebajaran los niveles de sodio en sus alimentos. Primero se logró un acuerdo con los industriales a nivel nacional (panaderías de supermercados principalmente) y después con los socios de Unión de Panaderías de la V Región, Unipan.
Según contó Paulina Tapia, jefa del departamento de Acción Sanitaria de la seremi de Salud, actualmente son entre 42 y 45 panaderías de la región -además de unas 50 industriales- las que suscribieron el compromiso de rebajar los niveles de sodio en sus productos. De 750 miligramos por cada cien gramos de pan, han llegado a 400 miligramos por cada cien gramos de pan, incluso menos. Estas panaderías tienen a la vista el sello "Panadería Comprometida con su Salud".
Según el gerente de Unipan, Christian Ortega, durante el 2014 se alcanzó una participación del 80% de los socios del gremio a nivel regional. Además destacó que el sello que se entrega a cada negocio "tiene como objetivo atraer a más panaderías socias o no socias de Unipan a sumarse a la estrategia y así poder entregar un producto saludable en toda la región, esperando que este sello se haga visible a nivel local y también a nivel nacional para que el público prefiera las panaderías con este distintivo".
"La cantidad de sal que tenga el pan va a incidir directamente en nuestra calidad de vida", advirtió Paulina Tapia, quien destacó que lo más difícil para los panaderos ha sido tener la capacidad técnica para medir la sal que le ponen a sus preparaciones. Para ello el ministerio de Salud está buscando las alternativas para apoyarlos en esa área. J