Cuando la música se transforma en felicidad
AJoaquín Arocha le gusta el reggaetón y el Colo Colo. Tiene once años y le encantaría ser músico, tocar el tambor en alguna banda. Y a pocos días de salir de vacaciones, sólo piensa en ir a la playa y a la piscina.
Joaquín estudia en la escuela Las Dalias de Miraflores Alto, donde participa en el "Programa Estimulación Sonora para Personas con Discapacidad". En este taller se formó una orquesta y a él le tocó oficiar de director. "Yo le indicaba a cada uno cuando era su turno", cuenta muy serio. Luego agrega: "todos me hacían caso".
Y la semana pasada fue protagonista del concierto que junto a sus compañeros y monitores músicos, hicieron en el teatro del edificio Luis Cousiño del Duoc de Valparaíso. "Lo pasé súper bien, me sacaron muchas fotos", recuerda Joaquín.
Para su tía, Pamela Leiva, estar en este grupo fue de gran ayuda para Joaquín, pero particularmente lo hizo muy feliz. "Él siempre está participando en actividades del colegio, la otra vez fue a un campeonato de deportes y regresó con hartas medallas. En la familia lo apoyamos harto, porque sabemos que por sus problemas de lenguaje para él es más difícil".
proyecto Tárabust
El "Programa Estimulación Sonora para Personas con Discapacidad", surge por iniciativa de proyecto TárabusT y es financiada por el Fondo de Fomento del Arte en la Educación FAE Convocatoria 2014, del Consejo de la Cultura y las Artes de la Región de Valparaíso.
La idea surgió el 2009 cuando, durante el primer ciclo de música experimental realizado en el Centex de Valparaíso al que asistió un grupo de niños, niñas y jóvenes con discapacidad. Ahí se generó una positiva interacción entre los sonidos que los músicos estaban creando y los niños que manifestaron una espontánea expresión y notoria estimulación.
Con eso en mente, el grupo TárabusT inició una serie de talleres en la escuela diferencial Las Dalias durante el 2009 y 2010, el que por sus buenos resultados dio origen a un programa mayor, más institucionalizado.
Desde el 2011 a la fecha, la iniciativa se desarrolla en la escuela Las Dalias (Coanil) de Viña del Mar y en la Escuela Especial Magdalena Ávalos Cruz Aspaut (Santiago). En los encuentros con niños y jóvenes, los monitores desarrollaron metodologías bastante innovadoras, que al poco tiempo rindieron frutos. Alumnos, apoderados, profesores y monitores del taller pudieron ver avances en el área del aparato social y comunicacional.
Según los integrantes de TárabusT, "a través de la estimulación de la música y el sonido, los niños y jóvenes se conectan con su espíritu, enriqueciéndose cognitivamente y fortaleciendo sus destrezas socioemocionales".
más allá
Durante este año, el equipo de Estimulación Sonora realizó en cada escuela dos talleres semanales, uno dirigido a niños y niñas (de 8 a 15 años) y otro a jóvenes (de 16 a 27 años). Además organizaron actividades dirigidas a los apoderados y cuerpo docente de los planteles involucradas. Además el programa se complementó con salidas a terreno a ensayos de orquestas, coros, como también los niños recibieron las visitas de músicos y artistas a los talleres.
Marcelo Maira, director del proyecto, comentó que "aún persiste una visión paternalista y asistencialista frente a las personas en situación de discapacidad, es necesario promover el enfoque de derechos, basado en el respeto y en generar espacios concretos que den garantías de igualdad de oportunidades".
En los cuatro años de trabajo, de experimentación e investigación desde este enfoque, Mena ha podido comprobar que al generar cruces de distintas áreas artísticas con el universo de personas en situación de discapacidad, se aporta profundamente y de manera integral a su desarrollo humano, teniendo importantes resultados sobre todo en el aparato social y cognitivo.
Marcela Aninat, directora de la escuela Las Dalias, que recibe a niños, niñas y jóvenes con discapacidad intelectual, comentó que "este proyecto lleva como tres años con nosotros y a los chicos les ha permitido tener una mayor expresión, demuestran alegría cuando están trabajando con los chicos de TárabusT. No es aprender a tocar un instrumento, es comunicarse a través de la música. Han logrado una gran comunicación con la exploración de diferentes sonidos".
Aninat además destacó que "uno de los objetivos que persigue la escuela y la fundación Coanil es mejorar la vida de los alumnos, por lo tanto, a través de este proyecto nos enfocamos hacia esos propósitos".
La convocatoria en Las Dalias fue a todos los estudiantes. Al principio se entusiasmaron todos, pero al poco andar varios fueron desertando. "Acá hay muchos niños con discapacidad severa y a ellos les gustó mucho más".
Según Maira, "estamos creando innovadoras metodologías de educación artística que se fundan en el cruce de miradas integrales, aquellas que acaben con los dogmas y logren generar una mezcla de contenidos que vaya siempre en el beneficio de las personas y no en el mercado. Estas metodologías están dirigidas a los sectores que ven constantemente transgredidos los derechos sociales y fundamentales por su condición de discapacidad y vulnerabilidad". J