Profe gringo quedó en shock con tanto perro
"Rodeado de perros": así dice vivir Steven Wilson, el profesor estadounidense que fue mordido por un perro en la avenida Brasil, en Valparaíso, y cuya historia dimos a conocer en la edición de La Estrella de ayer.
El ciudadano gringo, que vive hace diez años en Chile, dice no entender de dónde sale tanto animal abandonado que lo rodean en su diario vivir y que "nadie controla".
"En estos momentos estoy rodeado de perros", dice mientras camina por una de las calles del sector de Achupallas, en Viña del Mar, donde reside, y continúa: "Yo podría ser un muy buen vocero por esa epidemia, esa plaga". Agrega que en su país no se ven perros callejeros como en el nuestro.
cosas horrorosas
"Yo saco fotografías mensuales de perros muertos. Tengo archivos de perros muertos, que son cosas fuertes. Atropellos, que un perro mata a otro perro y cosas así. Yo vi en la calle una cosa que me impactó y me dejó en shock porque en Estados Unidos eso no existe. Había un perro grande que estaba arrastrando a una perra chica por la calle. Yo pensé que era un perro dando a luz a otro y no: ¡estaban pegados! Para mí eso fue muy fuerte, horrible, estoy impactadísimo con lo que he visto con los perros en Chile", relata Wilson, quien proviene desde la ciudad de San Francisco.
La idea de las fotografías es subirlas a internet y generar conciencia de lo que provocan los animales abandonados en las calles. Cree que con el intercambio de su cultura y la nuestra se pueden generar reales cambios.
El profesor señala que en su país existe control canino; asegura que al principio es un esfuerzo extremo, pero al final es mejor para el perro y mejor para el ser humano. "¿Cómo vamos a dejar tantos perros en la calle que se contagien con enfermedades, que tengan sarna y gérmenes?", se pregunta.
Un día, el profesor se encontró con la alcaldesa Virginia Reginato en un supermercado de Viña del Mar y la abordó para hablar de este tema.
Se ofreció a ayudarla y le advirtió que se pierden muchos millones de dólares en turismo porque los perros ahuyentan turistas, a quienes no les gusta caminar por las calles con la posibilidad de ser mordidos o pisar los deshechos.
"Vino mi papá desde California y ahora él no puede caminar por (la) calle tranquilamente, siempre tiene que estar mirando para abajo para ver que no haya caca de los perros, es un asco, es horrible, higiénicamente... no", sostuvo.
Considera que hay apatía en nuestra sociedad, ya que sus propios alumnos le han dicho "profe, eso aquí nunca va a cambiar, pero basta una persona para generar un cambio y yo soy esa persona", asegura. J