Minutos de terror vivió un trabajador porteño que de madrugada fue víctima de un brutal asalto. Sus agresores le fracturaron el rostro a patadas. Hoy era sometido a una intervención quirúrgica para no quedar con secuelas.

La víctima es Claudio Espinoza A., de 51 años, supervisor portuario. Su hermana Edith contó que tras participar en una reunión social el hombre dejó a dos amigas en sus casas, y cerca de las 02.00 de la madrugada se dirigió caminando hasta su domicilio ubicado en calle Ferrari del cerro Bellavista. Cuando ascendía por la denominada Plaza de Los Sueños en avenida Colón, en medio de la oscuridad aparecieron dos desconocidos de contextura gruesa quienes sin mediar provocación de inmediato le dieron un golpe en la cabeza. Claudio perdió el equilibrio y cayó al suelo. A pesar que puso sus brazos en posición de defensa, no pudo evitar recibir una andanada de patadas en su rostro. Luego fue registrado completamente por los antisociales, quienes escaparon con su billetera con dinero, un reloj, cédula de identidad, licencia de conducir y otros documentos. Mareado y sangrando profusamente caminó hasta su casa donde vive con su hijo y se acostó.

Sólo a la mañana siguiente alertó a familiares quienes al verlo se impactaron con lo deforme que había quedado su rostro. Lo llevaron de inmediato hasta el hospital Van Buren, donde tras practicarle un scanner le diagnosticaron un 'trauma facial y fractura mandibular y maxilar derecho', lesiones de carácter grave. Quedó internado en el servicio de Otorrino de subida El Litre, y hoy era sometido a una intervención quirúrgica para instalarle una placa de titanio en el lado derecho de la mandíbula, que le permita comer alimentos sólidos. Por ahora sólo ingiere líquidos y papillas.

Tras la operación viene un largo proceso de rehabilitación que lo perjudica. Claudio estaba a la espera de ser llamado a un trabajo. La familia se encuentra muy afectada por esta situación. 'Dentro de todo lo malo tuvo suerte que no lo apuñalaran o dispararan. Es lamentable que ocurra esto, los legisladores no cambian la leyes y parece que tenemos perdida la guerra contra la delincuencia. Da lo mismo si los detienen o no porque salen libres de inmediato', sostuvo Edith Espinoza.

l Simulaba que trotaba por los alrededores de la parada 30 en Quilpué, incluso a veces elongaba, pero era toda una artimaña la de Leonardo Gómez Saldivia, de 34 años, para 'sacar la película' y posteriormente asaltar las bencineras ubicadas en ese sector de la Ciudad del Sol.

Usando cuchillos, pinchos e incluso machetes, el sujeto había hecho de las estaciones de servicio presa fácil para sustraer los dineros hasta que el domingo pasado fue reconocido antes de su último robo.

Gracias al aviso de las potenciales víctimas, dos motoristas de carabineros de la segunda comisaría de Quilpué lograron la detención al sujeto a quien sus víctimas le decían 'el machete'.

Desde hacía unos 20 días que el personal policial andaba tras sus pasos y tras la detención fueron las propias víctimas que lo reconocieron como autor de los delitos. En total fueron siete robos.

'El sujeto cometía los ilícitos y luego huía con tal rapidez que siempre fue difícil seguirle el rastro, pero tras la detención nos percatamos que esta persona tenía domicilio cercano al lugar de los robos, por eso que lograba hacerse humo', señaló el comisario de Quilpué, mayor Fernando Fajardo.

Las bencineras Castrol y Terpel eran sus favoritas e incluso cometió más de un ilícito. Pero la 'gracia' que tenía este quilpueíno de estatura superior al metro ochoenta y que pesaba más de cien kilos es que en su vida 'legal', se desempeñaba como guardia del hospital de Quilpué. Tras la formalización, el tribunal lo dejó en prisión preventiva. J