Homenaje a Zurita
álvaro camacho
En la sala de exposiciones transitorias de la Casa Museo de La Sebastiana de Valparaíso se presenta una muestra colectiva de instalaciones en adhesión, homenaje o interpretación de la obra o la personalidad del Premio Nacional de Arte, Raúl Zurita. Los trabajos expuestos corresponden a Nancy Gëwolb, Alicia Larraín, Maite Barros y Carlos Nicolás. Consiste en un trabajo o montaje por expositor, los que ocupan parte del piso y de los muros de la sala.
La selección o invitación a estos cuatro exponentes perece bastante arbitraria ya que no obedece a una misma línea o trayectoria y mucho menos a una presencia de igual relevancia en el mundo de las artes visuales. Nancy Géwolb y Alicia Larraín han incursionado en pintura, gráfica y esculturas en los principales museos y salas del país, en cambio Maite Barros y Carlos Nicolás se mueven en la periferia provinciana.
Hacer instalaciones no consiste simplemente en poner un conjunto de objetos o elementos sobre muros y piso. Exige un concepto y una propuesta en la que Gëwolb y Larraín han dado muestras notables. Pero en cambio los otros expositores ni siquiera logran armonizar los colores y la mínima composición en el espacio. Porfiadamente pretenden ser artistas pero ni siquiera son artesanos del arte.
El trabajo de impresiones, relieves, pintura al óleo, serigrafía, cartones y textiles más el teñido de fibras o telas de Nancy Gëwolb y de Alicia Larraín se armonizan con una coherencia expresiva complementada con un riguroso oficio. En cambio Maite Barros pintarrajea con rojo unas telas blancas y Carlos Nicolás amontona objetos y otros elementos como en un desván enrarecido por el abandono y la desidia. ¿Serán estos trabajos un reflejo de ellos mismos? El desnivel de calidad solo acentúa la desigualdad de los exponentes donde los más importantes se desmerecen frente a los otros.