Marco Bahamonde, 34 años, osornino y ex empleado de una empresa de control de plagas, tiene una buena historia para contar. Puede decir, por ejemplo, que compartió camarín con Juan Román Riquelme. También con Martín Palermo y Sebastián Battaglia. Que conoció a Willy Caballero, años antes de que firmara un contrato millonario con el Manchester City. Que recibió órdenes de Carlos Bianchi, el Virrey.
Y que jugó, alguna vez, por Boca Juniors. Sí. En el verano del año 2000 disputó tres partidos con la camiseta xeneize, incluido un superclásico con River Plate. En ellos sumó 135 minutos. Y aunque nunca pudo debutar oficialmente en el club, ni tampoco brillar en las canchas chilenas, reconoce que con eso le basta. 'Puedo decir que jugué en Boca', lanza. Y es cierto.
Llegó a La Bombonera en 1998. Ahí entrenó en las divisiones inferiores durante dos años. Eso hasta que Bianchi lo subió al primer equipo, en el que estuvo seis meses.
Por eso, explica, no duda en aconsejar a José Pedro Fuenzalida. El traspaso de Chapita a Boca ya es un hecho (ayer se despidió de sus compañeros en el Monumental) y antes de que tome las maletas, Bahamonde aconseja al hombre de Colo Colo: 'Boca es otro mundo, otra realidad'. 'Para jugar ahí', agrega, 'hay que tener carácter'.
Fuenzalida, vaticina Bahamonde, se encontrará con un camarín difícil. De pesos pesados. Él lo vivió con Riquelme y Palermo. 'En esa época ya no se hablaban. El equipo estaba dividido en dos grupos', rememora. También a una hinchada intimidante: La Doce. 'La presión de la gente es enorme', asegura. Aunque agrega un atenuante: 'Pero también es cierto que apoyan mucho. No paran de cantar'.
Y, por último, deberá lidiar con una prensa deportiva lapidaria. 'Te equivocas una vez y te matan. El periodismo argentino no te perdonan nada', anuncia el osornino.
Pero Fuenzalida, analiza el ex Boca, tiene el fútbol necesario para triunfar en La Bombonera. Si Bianchi lo está pidiendo, reconoce, es por algo. También tiene el carácter necesario. Le aconseja que corra todo. Que trabe hasta con la cabeza. Eso, jura Bahamonde, le gusta al hincha xeneize.
Y espera que le vaya bien. Y que pueda, a diferencia de él, al menos jugar un partido oficial con la camiseta bostera. Con eso -y lo dice por experiencia propia- el Chapa ya podrá darse por pagado. J