Con Ley buscan normar la tenencia y enseñanzade los perros peligrosos
guarida de lobos
Aunque tenía un poco de miedo por la mala fama de su raza, cuando lo vio, no dudó en recibir el regalo que acababa de llegar a su hogar. Atila, un pitbull negro con blanco de dos meses apareció hace 10 años en la casa del periodista Franco Péndola para demostrarle, según dijo, a él y a su esposa 'que los perros de esta raza no son violentos si sus dueños no lo son'. A los seis años, se había hecho amigo de todos sus cercanos, pero la pregunta era si podría llevarse bien con el hijo de la pareja que venía en camino.
Ante las dudas, pese a que Atila no había sido violento jamás, Franco decidió llevarlo a 'Guarida de Lobos, psicología y adiestramiento canino' en Villa Alemana. Ahí recibió un entrenamiento para reforzar su conducta pacífica a través de sociabilización con perros y acatamiento de órdenes. Al poco tiempo y con el cuarto integrante de la familia ya instalado, el psicólogo de la escuela, Jorge Lillo, fue a la casa de Atila para presentarle al perro a su nuevo amigo. 'Lo olfateó, lo observó unos segundos y no paró de mover la cola. Jamás le ha hecho daño' afirmó Péndola.
Si el dueño de Atila no hubiese decidido entrenar a su perro por iniciativa propia, hoy podría estar a punto de tener que hacerlo por obligación. Un proyecto de ley sobre tenencia responsable de mascotas que fue despachado al Senado tras ser aprobado en la Cámara Baja, contempla que los dueños de perros potencialmente peligrosos deberán ser sometidos a adiestramiento de obediencia.
La idea es crear un registro de este tipo de canes y que los recintos que se dedican a esto 'cuenten con una certificación adecuada y el reconocimiento municipal o ministerial', dijo a La Estrella el diputado Marco Antonio Núñez (PPD).
Según el proyecto de ley, se considerará como potencialmente peligrosos 'a ejemplares de la especie canina que por sus características físicas, por su masa corporal, por episodios anteriores de agresión o por su conducta agresiva', puedan causar daños.
Si bien el caso de Atila fue manejado con prevención, Jorge Lillo explicó que hay otros mucho más graves donde los dueños llevan a sus mascotas tras varios años de conductas violentas. Ahí es cuando los someten a entrenamientos más complejos, que pueden implicar la internación del can e incluso el aislamiento momentáneo en caniles, en casos extremos. El programa de pacificación canina también incluye el entrenamiento de perros reforzado por una manada que ya fue adiestrada y que contribuye a su sociabilización. 'Si logra compartir en paz por al menos una semana, lo más probable es que ya pueda volver a su casa', explicó Lillo.
Desde que inauguró su escuela, que también cuenta con una psicóloga que atiende a los dueños de las mascotas, Lillo ha recibido a unos 700 perros, muchos de ellos de las razas llamadas peligrosas: akita, rottweiller o pitbull. Sin embargo, aseguró que los más violentos muchas veces son los de razas pequeñas, como los poodles. 'No se trata sólo de razas, sino de cuando los perros tienen libertad para ser dominantes sin control', dijo.
Y esto de que el poodle sea más agresivo que incluso un pitbull no es algo que se le ocurra decirlo a Jorge Lillo. De esto, existen investigaciones que suman en cantidad, y mantienen su conclusión. 'En el último informe de agresividad de Estados Unidos el poodle quedó en el segundo lugar, y esto tiene que ver con que la cabeza funciona con libertad, esto significa que el humano no le ha puesto límites a un perro, y que cuando no lo educa, simplemente el can intenta dominar el espacio en donde se encuentra, lo que pasa en cualquier perro', cuenta Lillo.
Respecto al ejemplo de poodle, lo pone sobre la mesa por una cuestión bien sencilla. Hoy son los más regalones de la casa, a los que les entregan más afecto y muchas acciones son contrarias a las estrategias de dominio de los canes. 'Por ejemplo dejar que el perro duerma en la cama es un error porque el perro se va apropiando de la casa, si pudiéramos conversar con él nos diría que esa es su casa, y los dueños llegan a dormir a su cama', agrega Lillo, quien suma otro antecedente: un estudio en Canada demostró que sólo el 20% del gen del ADN de un perro determina su agresividad.
Para agregar a los comportamientos que hay que tener en cuenta de los perros, Lillo puntualiza que otro claro ejemplo que las cosas andan mal es cuando los perros no se sientan a esperar la comida y se tiran encima a penas ven, o sienten que viene el alimento. Otro ejemplo, mal entendido como una muestra de afecto, es que al llegar a la casa el perro tira sus pies en los pantalones o los pies de su amo. 'En lenguaje canino dice que el perro nos pide explicaciones de dónde venimos, los perros no ponen los pies en la ropa del amo', agrega Lillo, cuyas atenciones son el 50% de la región de Valparaíso.
Pese a la esperanza que puedan poner algunos dueños de perros en este tipo de tratamientos, Francisco Hurtado, dueño del centro de adiestramiento American Canine Academy en Melipilla, manifestó que tras sus 30 años de experiencia en el tema, 'decidí sólo hacerme cargo de casos de agresividad en cachorros o perros de un año, ya que después de los tres años se vuelve casi imposible solucionarlo'. Por otro lado, graficó que muchos dueños llegan con perros agresivos a intentar solucionar el problema, pero ni siquiera se ofrecen a cooperar.
Si bien, reconoció que un buen adiestramiento puede mejorar la conducta de un perro violento, puede que nunca lleguen a rehabilitarse, sobre todo porque el concepto de rehabilitación pertenece más al mundo de los humanos que al canino. J