Dos colchones, algunos cojines, varias frazadas. Dos perros, dos hombres mayores, uno de ellos duerme y se confunde entre tanto bulto. El otro está despierto, observando lo que pasa. Es mediodía y ellos matan el tiempo en plena vereda, en avenida Argentina con pasaje Quillota, mientras el barrio bulle de tanta gente y locomoción.

Hace más de un año, tres indigentes - a veces son muchos más - se instalaron ahí a vivir. Duermen, comen, beben y hasta hacen sus necesidades ahí mismo, a vista y paciencia de todos. Tal situación tiene con sentimientos encontrados a los comerciantes del sector, quienes por un lado se enojan por los malos olores y cuando sus 'vecinos' se ponen atrevidos; pero por otro entienden que son personas que viven en un abandono tremendo.

Los trabajadores de la panadería 'Pan i más', que está a metros de los indigentes, deben lidiar todos los días con este problema, y en especial con los reclamos de los clientes quienes se quejan de los malos olores.

'Fui a la municipalidad y me dijeron que era problema de Carabineros y en Carabineros me dijeron que fuera a la municipalidad. Es una pelea de todos los días, se sientan en la puerta del local, toman y cuando están curados se ponen a pelear. Hay uno que cuando anda sobrio es muy caballero. Tú pasas temprano en la mañana y hay como ocho durmiendo ahí. Es un drama', relató Elba del Amo, encargada de la panadería.

En el local de al lado funciona un centro de llamados, donde debieron poner unas rejas para evitar que estos indigentes se instalaran en el frontis a dormir.

'La municipalidad debería hacerse cargo. Nosotros teníamos una tremenda hediondez. Ellos defecan, orinan y comen acá afuera. Yo encuentro que es una situación indignante tanto para ellos como para nosotros. Tenemos que aguantarles sus olores y sus pesadeces, porque si no les da monedas se ponen atrevidos. Cuando está curado, el Pancho (uno de los mendigos) se cruza a dormir la mona en la entrada del local, ¿y cómo lo saco, le tiro un tarro de agua? No se puede, es complicado', comentó Daniel Carreño, dependiente del centro de llamados.

Bernabé Páez es uno de los que duermen en la calle. Le falta un brazo y una pierna. Cuenta que está bien viviendo ahí y que no tiene a dónde ir. 'Antes vivía en una pieza en Eloy Alfaro pero vendieron el edificio y nos tuvimos que ir. Yo me quedé sin nada, me quitaron mi pensión, no tengo ni mi carné', aseguró.

Este hombre dice que prefiere seguir en la calle antes de irse a un albergue o a la hospedería del Hogar de Cristo. 'Tendría que estar ahí a las 19 y me echarían a la calle a las 07.00 y yo no quiero eso', destacó.

-Que me lleven preso entonces.J