Cuando perdieron sus casas en el incendio, no se les pasó por la mente dejar sus terrenos y buscar otro lugar donde vivir. Pero la noche del martes, cuando el viento y el agua pegaban fuerte en el cerro La Cruz, muchos damnificados de la población Tiro al Blanco lo pensaron mejor y ya no les parece tan mala idea tomar una de las alternativas que les da el Gobierno y postular a una vivienda social en otro lugar.

Es el caso de Érika Cáceres, quien hoy vive en una vivienda de emergencia junto a su marido y cinco hijos de entre 12 y 4 años. Su casa se pasó entera de agua y el barro desarmó la escala de acceso.

'La pieza no quedó firme y yo creo que la solución es que me den otra mediagua, me prometieron una pero no me ha llegado... Pero si tuviera la posibilidad de irme a otro lugar, a una casa mejor, lo haría. Ojalá esperar que mi hijo salga de octavo para no cambiarlo de escuela', dice.

Alberto Marín también es vecino de Tiro al Blanco y comenta que 'con el viento y la lluvia, la mediagua tiritaba entera. Se me metió toda el agua a la pieza y no soportábamos el frío. El viento se metía por todas partes porque no quedó bien sellada la casa'.

A pesar de eso y del peligro de derrumbe, él, su mujer (embarazada de seis meses) y su hijo de 8 años pasaron la noche ahí mismo. Y personal de la municipalidad cubrió con plásticos las paredes más expuestas, para evitar que siguiera ingresando la lluvia.

Alberto piensa que van a regularizar la población, pero reconoce que si le dan una opción, la tomará. 'Una casa en otro lugar... la verdad es que me iría', asegura.

Andrés Silva, delegado presidencial para la Reconstrucción, ayer recorrió la zona y comentó que son 22 las viviendas afectadas en la población Tiro al Blanco. Algunas sufrieron voladuras parciales de techos y filtraciones y ayer a primera hora comenzó la reparación. 'Además vamos a analizar la ubicación de las viviendas para que presenten la seguridad necesaria para enfrentar las próximas lluvias', añadió. J

l Varios departamentos de la población Hanga Roa, de Rodelillo, no pasaron la prueba del agua en el primer temporal que se dejó caer en Valparaíso y hoy amanecieron inundados. Como el de la señora Yolanda Fritis, de 84 años, quien vive con su hijo que sufre un retardo mental.

'Con el viento el agua se metió por las ventanas y eran tremendas las pozas que había en el living', comenta, mostrando el sector que se anegó. 'Por suerte no llegó a los dormitorios. Anoche vinieron e instalaron unos nylon para cubrir un poco', dijo.

Cerma Angulo, de la Torre 5, tuvo problemas similares. A ella el agua se le metió al departamento por debajo de la puerta. La caja escala no está cubierta, entonces el agua se mete por todos lados. 'Tuve que hacer unos arreglos provisorios, poner unos cartones y secar no más', comentó.

Los departamentos, entregados hace menos de seis meses, claramente tienen fallas en las ventanas, las que no quedaron selladas como corresponde para evitar que se meta el agua. J

l En horas de la madrugada, cuatro individuos provistos de unas capuchas metálicas y pasamontañas, ingresaron por el techo del local 'Preunic' de calle Uruguay, en Valparaíso, con el objetivo de robar un cajero automático, mediante la técnica del oxicorte. Sin embargo, tras dos largas horas de intentos, fueron sorprendidos por unos trabajadores que ingresaron al lugar para hacer unas reparaciones, los cuales se comunicaron inmediatamente con Carabineros.

Trascendió que para cometer este ilícito, los sujetos colocaron unas huinchas a los sensores de movimiento y taparon las cámaras de seguridad, para evitar ser reconocidos. Como ya estaban acorralados, dos de los cuatro individuos aprovecharon de escapar mientras que personal policial de la Segunda Comisaría Central logró detener a S.A.V.M., de 23 años, quien se encontraba oculto entre unas cajas de mercadería; y a J.R.C.C., de 30 años, quien también estaba escondido en otra sección del local. Ambos detenidos, confesos de su participación en este hecho, fueron aprehendidos por el delito de robo frustrado y puestos a disposición del Tribunal de Garantía de Valparaíso. En tanto, los otros dos permanecen prófugos. J

l Un repentino corte de luz en el pasaje El Duque, del cerro San Roque, hizo que Elizabeth Oyanedel le facilitara una vela a su pareja que yacía en la casa aledaña, donde viven sus dos hijos y tres nietos. Hasta ahí todo bien, pero cuando eran alrededor de las seis de la mañana, el hombre se quedó dormido, olvidándose completamente de la vela, la cual rápidamente provocó un incendio.

'Cuando reaccionó no alcanzó a salvar nada y se puso a gritar pidiendo ayuda. Mi hija Marina era la más desesperada, porque su tío le había dado por mientras esta casa para vivir y justo unas horas antes había trasladado todas sus cosas para quedarse ahí definitivamente. Pero el fuego avanzó rápido y quemó todo. No alcanzó a pasarse para abajo porque el pasto estaba mojado por la lluvia y porque los vecinos nos ayudaron con el grifo, pero no quedó nada', lamentó Elizabeth.

Aparte de la casa de Marina, se quemó la vivienda de dos jóvenes que trabajan de noche y las cuales ahora están de allegadas en casa de unos vecinos. 'Mi familia ahora por mientras está en mi casa', comentó Oyanedel. J