El extraño síntoma del hombre amigable
Padece lo que se llama "el opuesto al autismo". No puede dejar de hacer amigos.
Este simpático hombre se llama Chris Steel, es inglés y tiene 40 años. Es muy agradable, gran conversador, leal y sólo tiene un problema: no puede dejar de hacer amigos. Y, más que una virtud, el señor Steel padece una enfermedad que, dado que es tan misteriosa, por el momento sólo se ha podido denominar como "el opuesto al autismo".
Steel es, entonces, un pintamonos diagnosticado. Vaya donde vaya, siente un deseo compulsivo por llamar la atención. Aspira a ser el centro de todas las fiestas. Sale a la calle y rápidamente intenta conocer gente, de cualquier clase. A veces las personas se aprovechan de su sociabilidad y le roban dinero u objetos. Steel ya no aguanta más este ritmo de vida. Actualmente no puede salir a la calle solo y su manía por pintar el mono lo incapacita para trabajar. Steel no para de hacer amigos, pero las circunstancias de su vida lo tienen abandonado.
En términos científicos, el señor Steel sufre el síndrome de Williams, un raro trastorno genético que se produce por la pérdida del material genético del cromosoma 7. Y todo ello ha hecho que su simpatía sea insana. O, mejor dicho, su buena onda es peligrosa: "Confío mucho en las personas. Y soy bueno atrayendo gente", ha revelado Chris Steel. "Y por eso mucha gente se aprovecha de él", confesó su madre, con quien vive Steel.
A causa de su ansiedad permanente por agradar y su obsesión por participar en la sociedad, Chris Steel ha sido reclutado por algunas compañías de teatro. Es en el escenario donde Steel suelta toda su capacidad de ser extrovertido. Chris Steel suele actuar para una compañía de teatro de beneficiencia llamada "Mind the Gap". Ha destacado en la obra "Rebelión en la granja" de George Orwell. Y su obra favorita es "La isla del tesoro". Hoy Chris Steel está bien, pero tiene prohibición absoluta de conocer gente.
Las personas que padecen el "Síndrome de Williams" o el llamado "el opuesto al autismo", además de querer llamar la atención de forma constante, tienen otras características: audición aguda, trastorno del déficit de atención, forma anormal de dientes y la nariz respingada. Tenga cuidado.
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