Que sí, que no, que nunca te decides. Tras una intensa reunión entre la mesa directiva de Santiago Wanderers y el, hasta ese momento, entrenador de los caturros, Ivo Basay, se decidió hacer caso a la petición popular y cesar de sus funciones al otrora goleador junto con su cuerpo técnico. Héctor Robles asumirá de manera interina acompañado de: Domingo Sorace, como ayudante técnico, Javier Jeison de preparador físico y Eduardo Fournier (quien se mantiene en su cargo) como preparador de arqueros.
Se abrieron las puertas del complejo deportivo de Mantagua y, de Ivo Basay, no apareció ni la sombra. La noche anterior se le habría notificado su despido (previo a un acuerdo con la indemnización) y, por tanto, habría llegado temprano hasta las dependencias de Mantagua para retirar sus pertenencias y así no ser asediado por los medios.
La presión caturra
La presión caturra
¿La razón del quiebre contractual? La presión de los hinchas habría sido el mayor detonante para cortar el proceso del "Hueso". Era prácticamente un secreto a voces que un sector de aficionados tenían pensado saltar a la cancha en el encuentro que los caturros jugarán hoy ante Ñublense, por lo que, un posible castigo por dicho acto se hubiese pagado en el partido donde los verdes recibirán a Universidad Católica, duelo que, en el papel, debería traer mayores réditos económicos al club por la cantidad de hinchas que dirían presente en dicho partido.
Lo cierto es que, tras el partido frente a Everton, Basay efectivamente recibió un ultimátum de parte de la dirigencia porteña, siendo, el partido frente a Ñublense, la última oportunidad que el ex DT de Colo Colo tendría para encantar a los hinchas. Sin embargo, las campañas realizadas a través de las redes sociales por los hinchas, sumado a una supuesta molestia de Basay respecto al ultimátum que habría recibido, habrían acelerado el acuerdo económico para que Ivo Basay, entrenador que quedará en la historia caturra por ser quien estrenó el estadio Elías Figueroa, dejara su cargo.
En menos de dos años de gestión, Ivo Basay cometió una serie de pecados que le costaron el cariño de los porteños y, más adelante, su cargo como entrenador. Estos son: El perder cuatro de cinco clásicos porteños; incluir a un sexto jugador extranjero ante O"Higgins, lo que le hizo perder los puntos de ese partido; no renovarle (en un principio) a Moisés Villarroel; cortar al capitán Jorge Ormeño y sus desafortunadas declaraciones en cuanto a la historia del club.
Sus pecados