Punkies dieron brutal golpiza a lolo: le fracturaron su pierna
Fue atacado por integrantes de casa okupa. Lo atacaron con bate y lo amenazaron con un arma.
Una pesadilla vivieron dos hermanos porteños que fueron atacados por un grupo de punkies de una casa okupa. El menor fue el más damnificado, porque resultó con una fractura en su pierna que lo mantiene internado en el hospital Carlos Van Buren.
Johana Henríquez profesa la religión evangélica y reside junto a su familia en la parte alta del cerro La Cruz. Cuenta que, días atrás, pasada la medianoche, su hijo Luciano, de 17 años, bajó al plan a comprar completos y bebidas para todos los integrantes del hogar. Llevaba en el bolsillo del buzo unos siete mil pesos.
En el camino, el adolescente se reunió con su hermano Guillermo, de 22 años. Optaron por una "picada" en el Parque Italia, pero tuvieron la mala ocurrencia de elegir la "escala de la muerte", denominada así por los vecinos a causa de su peligrosidad.
"¡matémoslos!"
La escala está ubicada a los pies del cerro Las Cañas. En el sector hay una casa okupa de dos pisos, a metros de una botillería. Cuando los hermanos iban llegando a ese punto, divisaron a un grupo de unos seis punkies ingiriendo alcohol en la vía pública. Para evitar problemas, los sobrepasaron. Pero uno de los tipos habló en voz alta a sus compañeros. "Matemos a estos huevones", advirtió.
Los hermanos optaron por salir corriendo y fueron perseguidos por los individuos, todos adultos, incluso uno en bicicleta. Estaban provistos de objetos contundentes.
"Alcanzaron a Luciano que sintió algo en las piernas y cayó al suelo. Le dieron golpes de pies y puños, y luego empezaron a pegarle con el bate en las piernas hasta que le quebraron una. Le pusieron una pistola en la cabeza y trataron de fracturarle los dedos. Otro quería sacarle un ojo... Se estaban como divirtiendo, jugando con mi hijo. Querían masacrarlo y Luciano se entregó a Dios y felizmente los tipos escaparon", cuenta la progenitora.
A metros de allí, otros punkies alcanzaron al mayor, Guillermo, quien tuvo más suerte y sólo recibió algunas patadas en la cadera. Guillermo encontró a su hermano en la esquina de las calles Nueva Las Rosas y Orella, a metros del Servicio Médico Legal. Estaba malherido, quejándose del dolor en su extremidad inferior derecha fracturada. Antes de partir, sus agresores sustrajeron los siete mil pesos que portaba.
De acuerdo a la familia, una patrulla de Carabineros les negó auxilio y el traslado en vehículo hasta la posta, por lo que Guillermo cargó a su hermano hasta la Unidad de Emergencia del Carlos Van Buren, donde fue ingresado. Recién a esa hora los padres se enteraron de lo ocurrido y acudieron a verlo. Allí aprovecharon de estampar la denuncia por robo con violencia.
salieron a buscarlos
Por la adrenalina del momento, y al ver a que un ser querido se hallaba seriamente lesionado, el padre y dos hermanos de Luciano acudieron esa noche a la casa okupa de los punkies a buscar a los responsables.
"Los tipos se escondieron y desde adentro les arrojaron botellas. Lo increíble es que llegó Carabineros y detuvo a mi marido y mis hijos. Estuvieron varias horas en el calabozo del cuartel, mientras los agresores de mi hijo siguen libres", señala la mujer.
Luciano se encuentra internado en Traumatología y un neurólogo descartó lesiones graves en su cabeza por los golpes. Ahora su preocupación es la pierna. Este lunes será evaluado para determinar si será o no sometido a una intervención quirúrgica.
El menor estudia y trabaja todo el año como empaquetador en un supermercado en Viña del Mar. Su progenitora expresa que, por su fe cristiana, no tiene sed de venganza. "Estos tipos están acostumbrados a dañar a las personas. Le malograron su trabajo. Viene la rehabilitación y todo eso tiene un costo. Queremos buscar testigos y que se investigue lo que aconteció. Porque Dios es grande no le sucedió algo más grave", recalca Johana Henríquez.
"Le dieron con un bate en las piernas hasta que le quebraron una. Querían masacrarlo". Johana Henríquez, madre del lolo atacado por un grupo de punkies en Valparaíso.