Todos los días a través de la prensa aparecen declaraciones en todos los sentidos con respecto al escenario financiero que tiene la sociedad Curauma… Pero ¿quién ó quienes se preocupan de la tremenda barbarie que se está haciendo en contra de la naturaleza en Curauma? Bosques de añosos ejemplares, testigos silentes, desaparecen entre que el sol aparece en la mañana y se pone en la tarde. Cada árbol tiene aparejada mucha vida propia, nidos de pájaros, los que son obligados a cambiar su sistema de vida, otros mueren bajo esta irracional avanzada del progreso. Al parecer el lema es construir, pero nadie se detiene, menos un financista, un acreedor en su cómodo asiento capitalino, a pensar como éste mundo animal originario de Curauma puede vivir, si les están haciendo astillas sus árboles de siempre… Llegó la hora de que los empresarios resuelvan sus entuertos financieros más intereses de la mejor manera, pero nunca a costa de los bosques y la fauna de un lugar. El proyecto Curauma nació como una ciudad planificada... no cabe la menor duda que en el camino a alguien se le extravió la brújula…

Después de mucho tiempo, he vuelto a mi tierra. Mi puerto querido está hermoso, como siempre. Sin embargo, aún no logro entender cómo el primer puerto de la República no cuenta con un terminar de buses acorde a su condición e importancia. He tenido la suerte de visitar muchas ciudades a lo largo del país y he podido comprobar lo hermosos, limpios y ordenados que son la mayoría de ellos. Valparaíso se merece un rodoviario amplio y lujoso, donde el turista extranjero y el pasajero nacional noten la diferencia. En la actualidad, el terminar de buses, además de no contar con las comodidades ni el espacio suficiente, es un lugar sucio, donde los lugares de atención a los pasajeros más parecen kioscos que oficinas. Muchos buses deben estacionarse fuera del recinto a la espera que haya un espacio disponible. Nuestros vecinos del frente (Congreso) podrían darle una manito al señor alcalde para ver si se incentiva un poco al respecto