Entre rituales e historias del witral Mapuche
La cultura Mapuche está en todo el territorio. Hoy, mediante hilos y el telar intenta dar vida a una historia que no ha muerto.
La lengua de la tierra más bien conocida como mapudungun, está cada día más lejana al español que conocemos. Aunque estamos a sólo un click de buscar un diccionario de mapuche - español, y conocer sobre uno de los pueblos originarios más grandes de Chile, el verdadero sentido y riqueza cultural de esta comunidad, se está perdiendo. Pese a ello, entre hilos, un witral (telar) y el gnerewe (herramienta para tejer), perdura la historia que quedó entre las hebras de un telar mapuche.
Con este arte magistral, es posible rescatar un legado, un patrimonio que llega a Quillota mediante talleres de telar mapuche que inmortalizan el pasado. Aquí, Margarita Troncoso, mapuche, nos relata como podemos conocer esta historia, y también rememora rituales que siguen presente en su comunidad.
VIVIR PARA ENSEÑAR
Margarita (39) vive en la comunidad indígena de Mahuidanche, a 30 kilómetros de la localidad de Pitrufquen, ("lugar de cenizas" en su lengua), IX Región de La Araucanía.
Allá, conoció a Constanza Araya - oriunda de Valparaíso - en un Programa de Servicio País. Se hicieron amigas y hoy lograron concretar un proyecto de telar mapuche en el Centro Promos de Quillota.
Orientado a conocer lo más básico del telar mapuche, esta instancia busca abrir un dialogo para rescatar el mapudungun y la realidad actual de esta comunidad, en donde la monitora será la misma Margarita.
"Estoy feliz de poder salir de mi región y expandir todo lo que sea mi cultura, todo lo que yo conozco y respeto para poder ampliar mis raíces de acuerdo a nuestra historia, más ahora que hay mapuches en todo el país y las generaciones tienen falencias de conocimientos culturales", relata Margarita.
EL TELAR COMO UN LIBRO
Margarita Troncoso cuenta a La Estrella que en el telar mapuche pueden aparecer dibujos que entregan detalles importantes, siendo éstos un registro importante para la historia.
"Aparentemente el telar entrega poca información cultural, pero no es así, yo puedo expandir la cultura a través de esto, del witral, en el telar básico podemos dibujar y se aprende de la cultura nominando algunas partes del telar en mapudungun y aunque no son diseños de innovación, hablan, transmiten conocimiento, son como un libro lleno de riqueza".
Existe por ejemplo, el dibujo de la "Manta Cacique", la que es una pirámide con peldaños tanto hacia arriba como abajo, quedando una figura geométrica similar al rombo. "Esta figura que sólo la usaban los "loncos" o "caciques", está relacionada con el deseo de mantener la continuidad de la comunidad a pesar que el lonco muera".
También hay dibujos que muestran la aparición de cuatro rombos, "eso nos da a entender un territorio de cuatro comunidades indígenas unidas, aunque aprender el telar es difícil, compartimos estos conocimientos con la comunidad que asiste a los talleres".
RITUALES QUE SIGUEN
Pero, para los Mapuche, no sólo entre hilos y el witral quedan atrapadas las tradiciones. Aunque sus comunidades son cada vez más reducidas, ellos aún celebran rituales que pese al paso del tiempo siguen presentes.
Una de las más sagradas, es la celebración del año nuevo "we tripantu", una ceremonia que se inicia mucho antes de que salga el sol. Cerca de las 5.00 am, se reúnen para esperar la salida del nuevo sol el día 24 de junio, momento en que los días se empiezan a alargar, "los abuelos dicen que los días se alargan como el tranco del gallo o como las patas de gallina y por eso agradecemos también".
Allí se comparte y los presentes hacen un asado de chancho, especial para la época de invierno, tal como cuenta Margarita a La Estrella. En la fiesta, el trigo juega un rol protagónico, donde beben el "Murai", la bebida del trigo y comen el "Catuto", otro alimento derivado del mismo maíz.
Otra de las tradiciones que se mantienen en las comunidades, se relaciona con el intercambio de semillas entre ellas mismas, una especie de trueque que tiene un valor diferente; el "trafkintu", o intercambio de semillas. "Aquí no hay un cambio de cosas de valor por otras, sino que se traspasa el conocimiento, porque es obligación de quienes hacen el trueque explicar el cuidado de la semilla y el tratamiento que requiere para sembrarla".
Margarita Troncoso relata a La Estrella que aún persisten juegos típicos, en donde se reunían especialmente solteros y solteras para conocerse.
"El "palín" es un juego sólo para los hombres, que se juega con un palo, es muy parecido al hockey; esa era una instancia para que muchas mujeres fueran a escoger a sus maridos", recuerda entre risas. Aunque afirma que ya no quedan tantos jugadores solteros, las familias se siguen reuniendo para disfrutar de este panorama.
En tanto, para las mujeres aún queda un ritual muy importante: el "Katampilum", una celebración en honor a la menarquia como símbolo de la fertilidad y del paso de niña a ser una mujer.
"Ahí se les regalan los "shawai" o aros a las niñas y en el ritual se rompe la oreja para que puedan colocárselos, después se hace una comida pero sólo en el círculo familiar".
VALOR DE LA HISTORIA
Aunque estas tradiciones son propias de la cultura Mapuche y aún permanecen, la lucha está enfocada en su permanencia, no sólo dentro de las comunidades, sino en el país, pues son parte del patrimonio intangible de Chile que merece y debe ser respetado.
Constanza Araya, la porteña que se hizo amiga de Margarita, reconoce que la idea de traer hasta Quillota un taller de telar mapuche, nace porque "es necesario que las personas puedan conocer la cultura, no sólo porque se enseña el telar, sino porque en esta ciudad existe una confluencia de pueblos originarios importantes. Aquí existen otros pueblos originarios que están buscando una expresión y queremos que esto sea el primer paso en el tema de unir a los pueblos originarios".
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Estos talleres estaban destinados a realizarse el 8 y 9 de noviembre, sin embargo, la convocatoria a estas jornadas tuvo gran éxito y no quedan cupos disponibles. Es por eso que, tanto Constanza como Margarita están evaluando la posibilidad de realizar nuevas jornadas a fines de noviembre para invitar al resto de la comunidad a participar. "Los pueblos originarios son un tema de constante compartir y explorar, tuvimos un gran recibimiento por parte de las personas, no debemos perder la oportunidad de seguir haciendo esto si está la participación de las personas", dijo Constanza. Mientras tanto, Margarita está esperando en Pitrufquén el día para viajar por primera vez a Quillota. Se siente preparada para salir de la región con la misión de enseñar a otros, sobre su cultura y tradiciones que siguen presentes y que ahora, no sólo quedarán enhebradas entre las telares del witral, sino en el corazón de todos los alumnos del taller. j
"Aparentemente, el telar entrega poca información cultural, pero no es así, yo puedo expandir la cultura a través de esto, del witral". Margarita Troncoso Mapuche de Pitrufquén y monitora del Taller Telar Mapuche que se realizará en Quillota.