Es imposible no ponerse contenta e ilusionarse con el proyecto diseñado por el gobierno que pretende que el derecho a salas cunas sea universal. Es muy injusto y discriminador que en la actualidad sólo las empresas que tienen veinte o más trabajadoras estén obligadas a entregar el beneficio de las guarderías. No puedo dejar de destacar que de aprobarse esta iniciativa serán más de un millón y medio de trabajadoras las beneficiadas, cifra para nada menor, si para una mujer con hijos ya es difícil salir a trabajar, por lo que, este beneficio le aliviará sustancialmente sus preocupaciones y en consecuencia podrá desempeñar eficientemente todos sus roles. Es de esperar que tanto congresistas como empresarios apoyen este proyecto y no se produzcan las eternas discusiones legislativas que suelen presentarse cuando una iniciativa tiene que ver con mujeres, trabajo y empresas. La idea es que se impulse la fuerza laboral femenina y no que termine mermada por el susto de algunos de emplear a mujeres por la antigua creencia de que son un gasto. En temas así, es inevitable preocuparse por las Pymes, pues para éstas una sala cuna representa un gran gasto, pero también debemos confiar que este será un buen proyecto, una iniciativa completa e integral y que velará por el bien estar de las madres y sus pequeños.
Emma Finkelstein
Jefa Nacional de Educación, Escuela de Desarrollo
Social AIEP