Mitchell, el padre de la vela inclusiva
Gino Henríquez Compodonico - La Estrella de Valparaíso
Con éxito se desarrolló en el muelle Barón de Valparaíso la primera versión de la Semana de la Vela Inclusiva, iniciativa organizada por la Fundación Náutica para Todos y que contó con cerca de 500 participantes, entre ellos, personas en situación de discapacidad y adultos mayores.
Y es que la idea de los gestores de esta actividad no es otra que la navegación a vela deje de ser sólo para una elite y todos tengan la misma posibilidad de disfrutar del mar. Para eso, una de las claves son los veleros Hansa, que operan con un timón tipo "joystick", son imposibles de volcar y están diseñados para que incluso las personas que jamás han navegado lo puedan hacer sin ningún problema o riesgo.
Por esa razón, dentro del completo programa que ideó la organización se incluyó la visita del australiano Chris Mitchell, creador de este tipo de embarcaciones y quien lidera la promoción de la navegación popular a través de la Fundación S4E (Sailing for Everyone), suerte de hermana mayor de la que funciona actualmente en el muelle Barón.
En la Semana de la Vela Inclusiva, Mitchell se reunió con un grupo de personas con discapacidad y entregó detalles no sólo de la forma en que están hechos estos veleros, sino también del positivo impacto que han tenido competencias a nivel mundial.
"Una persona discapacitada rodeada por diseños universales no es discapacitada y puede contribuir de manera positiva a cualquier comunidad. Nadie puede decir que tiene alguna discapacidad en estos barcos, porque son de diseño universal, lo que crea entornos que todos pueden usar", asegura el oceánico.
"Mientras algunas personas nacen con una discapacidad, otras la adquieren en el camino, pero el resto de nosotros se volverá discapacitado terminal en algún momento antes de morir. La discapacidad es, por lo tanto, un club al que todos podemos unirnos en un instante, así que deberíamos aceptar la discapacidad como un aspecto normal de la vida, no como una rareza", continúa Mitchell.
Por eso, el australiano no duda en asegurar que "la inclusión también tiene que ver con la independencia...darle a alguien su independencia para realizar una actividad que disfrute".
Y esto es precisamente lo que se ha logrado con la incorporación de las personas con discapacidad al deporte de la vela en Valparaíso. Thomas Elton, quien es parte del directorio de la Fundación Náutica para Todos en Valparaíso, recuerda en cada momento que cuando le gente ve los veleros en el mar, no piensa ni se imagina que sus tripulantes puedan ser viejos, jóvenes, con discapacidad o sin ella. "En el mar somos todos iguales", apunta.
Lo que es confirmado por las palabras de Mitchell: "Navegar también abre otras puertas, ya que hay algo terapéutico en el movimiento de un velero a través del agua en movimiento... cuando se las deja solas, las personas son libres, hacen las cosas por su cuenta, lo que a menudo se les niega en la sociedad".
Hay COMPETENCIA
Pero el australiano advierte que no sólo se trata de recreación, porque las competencias también provocan un efecto positivo en la gente, ya que "aprenden a lidiar con la presión, aprenden estrategias para superar situaciones incontrolables. Además, el reaccionar ante el equipo y otros competidores requiere habilidad motora, determinación y capacidad mental. La sincronización de la mente y el cuerpo para funcionar facilita el crecimiento y el desarrollo".
Mitchell relata que en su país estas iniciativas cuentan con el respaldo del gobierno y que en los clubes de yates o en otros lugares se han dispuesto centros "Sailing for Everyone" que son comunitarios, en los que participan niños y personas mayores. "No son los tradicionales clubes de yates donde las embarcaciones tienen un dueño, allá todos pueden utilizar lo que está disponible, es de todos", indica.
"La navegación ha sido considerada como un deporte costoso y elitista, pero S4E y sus programas inclusivos hacen que la navegación sea accesible para toda la comunidad", completa Mitchell, junto con decir que los veleros Hansa "son fáciles de dominar, por lo que los recién llegados navegan en el agua en minutos, con poca o incluso ninguna instrucción...incluso hay sistemas de control de servo asistencia, que pueden ser operados por alguien con una discapacidad más profunda, como un tetrapléjico", concluye.