Grave quedó niño que fue mal inyectado en hospital de Quilpué
Debían ponerle suero y por error, le suministraron Lidocaína. Convulsionó, hizo un paro cardiorrespiratorio, y hoy está internado en una clínica viñamarina a la espera de determinar las consecuencias que trajo el error médico.
Un grave hecho ocurrió la mañana del domingo en el Hospital de Quilpué luego de que un menor fuera inyectado de manera errónea por una funcionaria de dicho centro asistencial.
El hecho afectó al pequeño M. Z.V., de 2 años y 8 meses, quien llegó a eso de las 11.30 de la mañana al recinto acompañado de su madre a consultar por una infección estomacal que lo aquejaba hace algunos días.
"Mi señora ingresó a la urgencia del Hospital de Quilpué a modo de consulta por un cuadro diarreico que tenía el niño. Le hicieron el procedimiento habitual de toma de temperatura y de presión y lo atendió un doctor pakistaní, quien dio la orden de aplicar suero", señaló Gustavo Zamudio, padre del pequeño.
Anestesia
El doctor dio la orden, una funcionaria instaló la vía endovenosa y una tercera acudió a aplicar el suero que era la orden del médico, sin embargo, las cosas no sucedieron como estaban planificadas.
"Mi señora consulta por el medicamento que le aplicarían a mi hijo y la enfermera le explicó que era una ampolla de suero, pero cometió la equivocación que la ampolla que iba para otro paciente se la inyectó a él. Fue Lidocaína directa a la vena lo que produjo que el menor empezó a convulsionar, hizo un paro quedó con la mirada fija, los ojos blancos en un momento y se desvaneció", relató el acongojado padre.
Gustavo Zamudio relató que comenzó una especie de desesperación entre el personal que no sabía como actuar. Se llamaron a las UCI de distintos centros asistenciales de la región para buscar soluciones.
"No sabían qué hacer, pararon la atención de la urgencia alrededor de una hora y media, no se atendía a nadie y tuvo que ir desde su casa a vernos el director del hospital y la jefa de las enfermeras. Nadie sabía qué hacer hasta que un paramédico revisó en la basura y se dieron cuenta que habían dos ampollas, el suero que él había puesto y la Lidocaína. Ahí se dieron cuenta que eso generó la convulsión y el paro del niño que duró alrededor de un minuto", relató.
A una clínica
Luego, asegura el progenitor, vino el proceso de disculpas y de atención al niño para revisar que todos sus signos estuvieran normales tras el error que pudo ser fatal.
"Lo trajimos de urgencia a la Clínica Ciudad del Mar donde está internado en la Unidad de Pacientes Críticos Pediátrico, lo que también fue complicado porque en la OIRS donde fui a estampar el reclamo para poder partir en la ambulancia, dos funcionarios no sabían qué papel era para mí, cuál iba al buzón, se reían y yo ahí ya me salí de mis casillas porque todos los minutos contaban", relató.
En todo momento, el director del hospital de Quilpué se mantuvo en contacto con la familia y en la clínica donde el pequeño permanece aún internado le han hecho todos los exámenes necesarios para verificar que el error médico no hubiera dejado secuelas.
Aún no camina
El pequeño de dos años está despierto, lúcido, conversa, pero aún no ha caminado y ese es el mayor temor de estos padres primerizos.
"Vamos a tener que seguir en estudio para ver si esto tiene alguna repercusión a futuro porque hubo un paro, faltó oxígeno en el cerebro y eso no sabemos qué consecuencias pudo traer. Tenemos papeles todos contradictorios donde habla cada uno una cosa distinta del mismo hecho, la funcionaria que puso la inyección estaba atendiendo a su hija por un corte al mismo tiempo y mi hijo pudo perder la vida. Ahora está estable, monitoreado 24 horas y estamos a la espera de los resultados; yo lo veo bien, pero no ha caminado, no se ha parado, no ha corrido y esa es mi preocupación, que tenga alguna secuela. Se ha comportado normal, pero aún nos falta, me preocupa que ya no tenga nada en la sangre, me preocupan sus movimientos, pero aún no podemos apreciarlo porque está lleno de cables", relató Gustavo Zamudio.