Carla Olivares Rojas
Emiliano León Muñoz vive en Llay Llay, tiene 3 años y 6 meses, es el cuarto de cinco hermanos y cuando tenía un año y medio se le diagnosticó sordera. Al nacer no fue sometido al examen de Emisiones Otoacústicas y Ana María y Gerald, sus padres, notaban que algo extraño había con él.
Con el diagnóstico, vino también la preparación para lo que sería el cambio más importante de su corta vida: un implante coclear bilateral.
Se trata de la primera intervención en su tipo que se realiza en la región, con fondos públicos y el hospital Carlos Van Buren fue el lugar adecuado, dado que es en ese centro asistencial donde está el equipo médico capacitado para dicha operación. Cabe destacar además que ese hospital es centro de derivación del ministerio de Salud para los pacientes implantados de la red.
Dos operaciones
En octubre pasado vino el primer gran paso para el cambio de vida del pequeño Emiliano. En esa oportunidad fue instalado el implante derecho y hace dos semanas, el izquierdo.
Un mes después del primer implante ocurrió el segundo "milagro", el dispositivo fue encendido y, aunque aún no llega a su tope, los especialistas van ajustando mes a mes la intensidad del ruido.
"No puedo explicar el primer momento, es algo que... ver a tu hijo que está en este proceso y está escuchando, porque escuchó y te pone una carita de susto, fue una alegría muy grande que no se puede explicar. Que tu hijo escuche, no hay cómo pagarlo", dijo Ana María Muñoz, mamá de Emiliano.
Lo que se hizo, explicó Eduardo Sáez, jefe del Servicio de Otorrino del Hospital Carlos van Buren, fue estimular eléctricamente mediante pares de electrodos, las células ciliadas que pueden mandar la información al cerebro para que pueda interpretar ese sonido.
La intervención se hace desde la parte posterior de la oreja y duró alrededor de tres horas. Emiliano, al ser un niño diabético, presentó un desafío adicional que fue superado con éxito.
No para todos
El doctor Saez explicó que no todos los pacientes cumplen con los requisitos para recibir este implante que, de realizarlo de forma particular, el monto podría ascender a los 35 millones de pesos.
"El implante coclear es para pérdidas severas a profundas, en la cual el audífono no es capaz de darle una utilidad al paciente. Es importante estimular la corteza cerebral tempranamente a estos niños porque si ese oído que escucha poco o escucha nada, es estimulado, esa corteza se mantiene activa y más adelante se puede reestimular o amplificar su estimulación. El corte se hace a los 4 años, pero cuando pasa ese tiempo, esa corteza auditiva pasa a ser comida por la corteza visual, por lo tanto si yo quiero hacer algo audiológicamente útil a ese paciente, no lo puedo lograr. Por eso es de importancia el diagnóstico precoz, el estímulo precoz y el implante precoz", sostuvo el facultativo.
Esta operación se inició en el Auge para los menores de 2 años, luego se amplió el implante bilateral para los menores de 4 años y ad portas está la Ley Ricarte Soto, donde entran todos los que no están contemplados y que son mayores a los cuatro años de edad, pero que en algún momento adquirieron el lenguaje, ellos podrán optar a un implante unilateral.
A la fecha, el hospital Carlos Van Buren ha realizado 21 implantes cocleares a 20 pacientes. La vida útil de cada implante es de 10 a 15 años, "en esa época va a haber otra tecnología otras investigaciones y tal vez estamos hablando de otro tema", dijo el jefe del equipo médico.