Astrónomos porteños y el legado de S. Hawking
A sus 76 años, el mediático físico y científico británico que develó secretos del cosmos y luchó con una grave enfermedad, dejó de existir.
"Antes del Big Bang... no había nada". Hace tan sólo unos días, esa afirmación a la pregunta casi filosófica de conocer qué rayos había antes de este evento explosivo que dio origen al universo, fue lo último que una mente brillante, como la de Stephen Hawking, físico, cosmólogo y divulgador científico nacido en el Reino Unido -al cual sólo se le escapó el Nobel-, reveló al programa televisivo Star Talk de la National Geographic.
Ayer fue un miércoles de luto para el mundo, más allá de lo científico. Un genio (a diferencia de sus años de estudiante mediocre en St Albans, Londres), que así lo reconocieron desde físicos hasta actores (como Eddie Redmayne quien lo interpretó con Oscar en 'La Teoría del Todo'), que pasará a la historia no sólo por su labor abocada a los agujeros negros y por unificar las dos grandes teorías de la física del siglo XX, como la de la relatividad y la de la mecánica cuántica. También por haberle ganado a la vida: a los 21 años de edad una esclerosis lateral amiotrófica (ELA) declarada le puso fecha a su lápida... sólo dos años de vida era el pronóstico médico.
No sólo sobrevivió otros 55 años -tuvo dos cónyuges y tres hijos-, sino que además manejó un cuerpo cuya extensión supo guiar sobre la silla de ruedas a través de la flexión de su dedo, el movimiento de los ojos y un sintetizador de voz a la comunicación.
Colegas y legado
"Uno no puede hablar de Stephen Hawking sin pensar en dos cosas: en su aporte en la ciencia y en su condición de comunicador, de ejemplo a seguir". Así lo define la doctora Amelia Bayo, astrónoma de la Universidad de Valparaíso. Bayo también destaca su lado humano: "Limitaciones físicas y problemas de salud brutales y en vez de deprimirse, su mente seguía lúcida y la podía aprovechar al máximo".
En tanto, José Maza, profesor del Departamento de Astronomía de la Universidad de Chile, recuerda el viaje mediático que Hawking hizo hace más de 20 años al país. "A la salida de una charla, que fue en la Estación Mapocho donde asistieron más de tres mil personas, el ex presidente Eduardo Frei Ruiz Tagle dijo: 'Parece que estoy un poco oxidado; no entendí muchas cosas'...".
Para Maza, Hawking fue un personaje que trascendió a la ciencia. Trató de unificar las teorías de la física: relatividad con la mecánica cuántica, dos campos en principio incompatibles en su formulación. "El esfuerzo de él en vida fue tratar de buscar los puntos de coincidencia de convergencia en esas teorías, la llamada Teoría del Todo o fuerzas unificadas, que en una sola fuerza explique todos los fenómenos del universo".
Maza, en su calidad de astrónomo, proyecta al legado: "Einstein murió en el intento. Hawking dio una lucha, avanzó con principios de la termodinámica en agujeros negros y su radiación (Teoría Radiación de Hawking), pero no logró determinar la ecuación de la cual deriva todo. Eso sí: hizo grandes avances y un legado de su perseverancia a la vida".
Sus dos visitas a Chile
Invierno de 1997: seminario científico Estación Mapocho, junto a otros físicos teóricos. Allí debatió teorías de los agujeros negros y totalidad del universo. La segunda parte de la charla la realizó en territorio antártico (isla Rey Jorge). En el diario The Guardian la definió como la "experiencia más emocionante de su vida" en 2010. Once años después, vino por invitación de su par chileno y director del Centro de Estudios Científicos, Claudio Bunster, para celebrar sus 60 años. Conferencia "Out of a black hole" (Valdivia) y reunión en La Moneda.