Claudia Carvajal R.
La madrugada del 23 de febrero, el artista visual Paul Camus, radicado en Francia, salió desde un local nocturno ubicado en las inmediaciones de Aníbal Pinto y se dirigió al paradero ubicado en la misma plaza a esperar colectivo. En ese momento llegó un importante contingente de Carabineros que conminó a las personas que estaban ahí a retirarse rápidamente. Paul se quedó en el paradero, ya que todavía no conseguía locomoción.
"Los carabineros no aparecieron con intención de detener a la gente, sino para que desocuparan el espacio que era un caos. Cuando llegaron, todo el mundo corrió, todos desaparecieron y yo me quedé porque no estaba haciendo nada malo", relata.
Y continúa: "Me dijeron 'ándate hueón' y les dije que no quería caminar hasta mi casa y que estaba en un espacio público, no estaba en estado de ebriedad y tampoco haciendo algo malo. Me insistieron, traté de dialogar, pero me tomaron, me esposaron y me apretaron casi hasta los huesos. Me llevaron al furgón entre tres y yo no me quedé callado, quería saber por qué me estaban deteniendo".
Camus asegura que un carabinero le dio un golpe en la garganta para que se quedara callado y otro le dio con la luma en otras partes del cuerpo. "Me tiraron entre tres arriba del vehículo como si fuera un verdadero criminal", afirma.
Tras esta situación, dice que lo llevaron a dar vueltas en el vehículo por el plan: "Varias veces abrieron la puerta del furgón y me pidieron que parara el escándalo, si no me iba a ir peor. Uno decía '¿lo soltamos?' y no lo hacían. Me estaban torturando sicológicamente. Estaban tan agresivos que pensé que me iban a golpear de nuevo".
Comisaría
Luego lo llevaron hasta la Segunda Comisaría Central, estuvo un rato en el calabozo y dos horas después lo sacaron. "Cuando estaba ahí vi el cartel que describe los derechos de los detenidos y el primero es saber por qué uno fue detenido", señala.
Dos horas después y antes de liberarlo, le pidieron que firmara un papel: "Yo no lo hice porque no sabía de qué era, así que me pasaron un parte por infringir el artículo 25 de la ley 19.925 y quedé citado al Segundo Juzgado de Policía Local".
Paul tiene pasajes de regreso a Francia -donde trabaja con niños autistas- para fin de mes, situación que le impide seguir acciones judiciales. Además desistió de hacer una denuncia formal en Carabineros. "Vine a Chile a ver a mi familia y a montar una exposición en Terraza Lamar, pero tengo que volver", dice. Pese a eso quiso hacer pública su experiencia, porque según él es necesario que Carabineros revise sus protocolos.
Justos por pecadores
Al respecto, el concejal porteño Daniel Morales, señala que lo vivido por Paul Camus refleja que los procedimientos actuales de Carabineros no están resultando: "Ellos deben hacer su trabajo, nadie dice lo contrario, pero en el sector de Aníbal Pinto su intervención funciona cuando ellos llegan temprano, a las 19.00 horas, y basta una simple patrulla y ahí no se instala nadie".
Morales advierte que cuando los policías llegan de madrugada "está el carnaval en la plaza y se hace imposible. Entonces ahí se generan problemas de procedimiento y criterio, que luego es difícil de revertir".
En Comunicaciones de la Prefectura de Carabineros señalaron que mientras no exista una denuncia formal en la institución no se puede iniciar una investigación para esclarecer los hechos.
Revisar procedimientos
El diputado electo Jorge Brito (RD), quien el 2013 fue detenido en el marco de una protesta estudiantil y denunció graves agresiones, empatiza con Paul Camus: "No es un hecho aislado, es una realidad que han vivido un montón de ciudadanos. Queremos que Carabineros nos ayuden a combatir la delincuencia, pero que traten a los ciudadanos con respeto a sus derechos y en el caso de Paul eso no se cumplió para nada. Yo invito a Carabineros a revisar sus procedimientos".