Deportivo El Laja sueña con tener cancha y sede propia
Club de Miraflores Alto, con 68 años de existencia, recién creó una rama de fútbol femenino, pero al igual que pasa con los varones, tienen que entrenar en la calle.
El deporte está lleno de historias de esfuerzo y sacrificio. Y una de ellas es la que ha estado escribiendo en los últimos 68 años el club Deportivo El Laja de Miraflores Alto, que pese a no contar ni con cancha propia ni sede social ha sido siempre protagonista del fútbol amateur viñamarinos. Incluso ahora con un equipo femenino, que ya ha participado con éxito en un par de torneos.
Si bien se consiguen canchas para disputar los partidos oficiales e incluso hay veces que usan los terrenos del Sporting para entrenar, lo cierto es que toda la actividad de los lajinos se centra en la calle. Apostando a la buena voluntad de los vecinos que poseen vehículos y que prefieren otras arterias para no entorpecer las prácticas de estos deportistas.
Siguen esperando
Lo mismo ocurre cuando tienen alguna premiación y una actividad para recaudar fondos como una completada; todo se hace en la calle.
Hace un tiempo los dirigentes de El Laja solicitaron ayuda del municipio de Viña del Mar, pero todavía no reciben respuesta. No han perdido la esperanza y también se ilusionan con que otras instituciones (como el IND, por ejemplo) los ayuden para poder contar con nueva indumentaria deportiva, porque muchas veces las mujeres tienen que usar las mismas camisetas que utilizan otras divisiones, como infantiles o juveniles.
Los humildes de los humildes cuentan con equipos en todas las categorías y nunca han dejado de participar en el torneo de Miraflores.
"El sueño nuestro es poder tener una sede, poder recibir a los niños en un lugar grato, porque pasamos invierno y verano en la calle. Actividades como para el 18 o las de fin de año las hacemos en la calle. Somos un club con 68 años de vida y uno de los más antiguos de Miraflores", comenta Jaime Olguín Gálvez, encargado técnico de la rama femenina y directivo del club.
"Hemos golpeado puertas y enviado cartas, pero seguimos tratando de buscar a alguien que nos apoye", continúa el entrenador, junto con decir que "los niños de otros clubes después de los partidos se van a las sedes y juegan pin pon o al taca taca, pero nosotros no tenemos donde recibirlos".
Hace un tiempo el Deportivo El Laja recibió un aporte económico del municipio de Viña, pero no era suficiente para arrendar o comprar algún lugar, así que tienen la plata depositada en el banco a la espera de que algo salga.
Canchas ajenas
Por mientras juegan en la cancha de El Maitén o en la del estadio Miraflores para los partidos oficiales, pero no siempre están disponibles para entrenar.
"Terminando el partido nos venimos todos a la esquina de la calle Valenzuela, que está entre la iglesia de piedra y la punta de diamante. Desde aquí se inician los clubes hacia arriba, nosotros somos los primeros", relata Olguín.
Al sacar cuentas, el entrenador sostiene que son más de cien los jugadores que integran las diferentes series de la institución, desde infantiles, como seniors, las tres divisiones adultas y los súperseniors, a los que se suma ahora el plantel de futbolistas que integra la rama femenina, con 25 a 30 mujeres.
"Y se siguen sumando", continúa lleno de orgullo Olguín, consciente que el grado de identificación que tienen los jugadores y jugadoras con su institución y con el sector en donde viven es uno de sus tesoros.
"Creamos el equipo femenino para que volviera a Miraflores, ya que ahora está pegando harto, sin embargo, a los otros clubes no les interesó, por lo que tuvimos que buscar otros horizontes", cuenta Olguín.
En competencia
Por esa razón, después de varios amistosos, se integraron a una liga interprovincial donde terminaron en el cuarto lugar.
"Fue una gran experiencia y viajamos a Zapallar, Catapilco, Quillota, a La Calera y a La Cruz, representando a Viña y a Miraflores. Todos los viajes fueron costeados con fondos propios, con venta de completos, empanadas o papas fritas", indica el entrenador.
Fallon Olguín, jugadora y capitana del equipo femenino de El Laja, dice que "nos ha costado mucho sacar adelante este club, pero pudimos participar en una liga interprovincial donde cada una se pagaba los pasajes... los organizadores quedaron contentos con nosotros, porque a donde íbamos llegábamos con una barra que nos apoyaba". Un gran ejemplo.