Alza del nivel del mar podría afectar a Valpo, Viña y Concón
Según mapas realizados por la organización estadounidense Climate Central, la profundidad del agua en la costa podría aumentar entre seis y ocho metros de aquí a fin de siglo. Expertos locales llaman a la calma y aterrizan proyecciones.
El cambio climático tarde o temprano traerá consecuencias a nuestras vidas. Y el aumento en el nivel del mar es uno de los efectos más visibles del alza de las temperaturas que trae consigo el proceso que estamos viviendo a nivel mundial.
Al aumentar la temperatura, el agua enfrenta un fenómeno denominado expansión térmica, lo cual representa cerca de un 80% de la variación del nivel del mar.
La organización estadounidense sin fines de lucro Climate Central ideó una serie de mapas a nivel mundial, los cuales detallan cómo serían los posibles escenarios de aquí a fin de siglo, si es que no se frenan o disminuyen las emisiones de CO2 a nivel mundial (principal componente del calentamiento global), es decir, si la temperatura global llegase aumentar en 4° C.
En este escenario, el peor que se podría calcular en este ámbito, el mar podría sufrir un alza entre 6,9 y 10,8 metros, lo que para nuestras costas no sería una buena noticia.
En términos simples, un alza de esas características de aquí a fin de siglo significaría que, por ejemplo, la avenida Altamirano en Valparaíso desaparecería casi por completo; misma suerte correrían la avenida San Martín, en Viña del Mar, y la rotonda de Concón.
En Valparaíso, si es que el nivel del mar llegara a los niveles máximos pronosticados por Climate Central, la avenida Errázuriz dejaría de existir, así como también el Molo, la avenida Altamirano y el Muelle Prat (ver mapas). El mar finalmente avanzaría hasta la avenida Brasil.
En tanto, en Viña del Mar una de las zonas más perjudicadas sería la zona del estero, por donde el mar entraría hasta la calle Villanelo.
Otra visión
Pese al negro panorama que pronostica el estudio de Climate Central, en Chile Patricio Winkler, investigador de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Valparaíso, y Manuel Contreras, investigador del Centro de Estudios Avanzados de la Universidad de Playa Ancha, son más optimistas.
"Las estimaciones del último informe del Panel internacional del Cambio Climático indican que a fin de siglo el nivel medio del mar aumentará entre 20 centímetros y 1 metro, dependiendo del escenario climático que finalmente se concrete durante el siglo XXI", señala Winckler.
Contreras agrega que "contextualizando al litoral de Chile, el alza del nivel del mar por cambio climático no parece ser un problema en nuestras costas. Los procesos sísmicos (intersísmicos y co-sísmicos) pueden producir alzamientos o hundimientos del litoral mucho más severos como por ejemplo lo ocurrido en 1960, 2010 y 2015 en distintas localidades del país. De hecho en muchas localidades, la evidencia muestra que el nivel del mar está disminuyendo, no alzando".
En cuanto a cómo podría afectar un alza del nivel del mar a Valparaíso y Viña del Mar, Winckler aclara que "las ciudades de Valparaíso y Viña se encuentran ubicadas entre 4 a 6 metros sobre el nivel medio del mar, lo que de alguna manera reduce el impacto de los cambios del nivel del mar en las costas. Los efectos podrán notarse en terrenos bajos o donde hay desembocaduras -como en el los ríos Aconcagua, Maipo- o en humedales como El Yali o Mantagua. Lo que sí hemos visto y probablemente sigamos viendo, son efectos puntuales de marejadas recientes sobre la costa, que aún no sabemos si están relacionados con el cambio climático".
Aún así, Patricio Winckler señala que "los nuevos proyectos de infraestructura costera, el diseño urbano y los planes reguladores comunales debieran tomar en cuenta que la costa es una zona de amortiguación y, en lo posible, no debe alterarse. En futuros desarrollos se debe cuantificar cuál es la zona que será influenciada tanto por las variaciones (no necesariamente aumento) del nivel del mar, las marejadas, y la erosión costera, y en función de eso retraer las estructuras de manera de preservar el sistema de defensa natural que ofrecen las playas y las dunas. A pesar de la incertidumbre que puede tener ese ejercicio, la ingeniería actual tiene las herramientas para hacerlo".