Nicole Valverde S.

Reunidos desde temprano estaban los vecinos y vecinas de cerro Barón, quienes hace tres años y medio están en pie de guerra contra la inmobiliaria a cargo del proyecto Mirador Barón, que contempla la construcción de dos edificios de cuatro pisos hacia la av. Diego Portales, y otros cuatro de nueve pisos hacia la av. España.

Y es que la comunidad de Barón, en su mayoría son adultos mayores, denuncian una serie de irregularidades que perturban su calidad de vida.

Juan Carlos Briceño es el vocero de la Comunidad de Vecinos ex Hospital Ferroviario. Además, vive frente a la construcción, y asegura que "hemos sufrido innumerables cortes de suministros básicos, accidentes automovilísticos y el lamentable fallecimiento de una vecina porque la inmobiliaria no cumplió con las mitigaciones correspondientes para el tránsito en esa oportunidad".

Molestias

A esto se suma que, según los vecinos, "el viernes pasado la constructora trabajó hasta la media noche. Afortunadamente gracias a la presencia de inspectoría urbana municipal se paralizaron los trabajos, porque era un horario totalmente ilegal y aquí el ruido es insoportable", afirmó Briceño.

Además de la bulla, los vecinos acusan otros problemas como un foco de la constructora que alumbra hacia las ventanas de los dormitorios de la viviendas ubicadas frente a la obra y perturban su descanso. "Tuve que colocar un montón de cortinas para poder dormir", reclama don Carlos, padre de Juan.

Silvia Sanguinetti y Berta Arellano viven al lado de la obra. Ambas cuentan que una de las grúas pasa con sus cargas de concreto literalmente "sobre sus cabezas y las de sus familias". Por lo que temen que algún día algo ceda, caiga sobre sus propiedades, y se provoque una tragedia.

A su vez, los vecinos y vecinas denuncian que hay problemas de acceso en la vereda que pasa por afuera de la construcción, la que les fue entregada esta semana. Y con una señalética de "No Estacionar" que acusan habrían sido retiradas por la inmobiliaria para que se estacionen los vehículos de los vendedores de la sala de venta y los posibles compradores.

Medidas

En ese contexto, el alcalde Jorge Sharp se reunió con la comunidad afectada en el mirador aledaño a la construcción. Y luego anunció -sin entrar en detalles- una serie de medidas administrativas y judiaciales para cumplir con el mandato de la Contraloría (ver recuadro).

"El problema de fondo es que tenemos una construcción que, tal cual como lo señaló la Contraloría General de la República, tiene un permiso ilegal. Aquí la administración anterior le otorgó a este empresario inmobiliario un permiso ilegal. Y nosotros vamos a agotar todos los medios que estén a nuestro alcance -tanto administrativos como judiciales- para poder cumplir con el mandato de la Contraloría General de la República", dijo el alcalde porteño.

Por su parte, el abogado John Parada y vocero del Movimiento de Defensa de Valparaíso está apoyando judicialmente a la comunidad de Barón. Y enfatizó que: "el proyecto Mirador Barón es ilegal, y agotaremos los recursos para que se vaya de Valparaíso".

Al cierre de este edición La Estrella intentó comunicarse reiteradamente con el jefe del proyecto inmobiliario Mirador Barón sin obtener respuesta.

El vocero del Movilh, Rolando Jiménez hizo pública una denuncia de discriminación sufrida por una joven pareja lésbica (ambas menores de 16 años) por parte de dos trabajadores de una empresa de buses.

Según Jiménez, el hecho habría ocurrido cuando las jóvenes se despidieron con un beso en el Terminal de Buses de Santiago. "Y el chofer y otro trabajador comenzaron a decir frases del tipo: 'tengan más respeto' ,'no ven que hay niños' y '¡qué lindo!', en clara referencia a la expresión de amor y afecto entre la pareja del mismo sexo".

Desde el Movilh aseguran que una de las jóvenes rompió en llanto y subió al bus rumbo a Quilpué. Y llamó a su madre para contarle lo sucedido y solicitarle que fuese a buscarla al terminal de la ciudad del Sol, debido al temor y desanimo que le había provocado la situación.

"En el terminal, la madre de la joven afectada pidió las explicaciones correspondientes, pero el chofer se habría negado a entregar su nombre y el de su compañero, en circunstancias que sus identificaciones debiesen ser públicas", redondeó el Movilh, por lo que enviaron un reclamo formal al gerente general de la empresa exigiendo disculpas por escrito a las jóvenes y a su madre, sanciones administrativas contra el responsables (pero sin despido), y capacitación en derechos humanos y diversidad sexual a los trabajadores.